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Narra Giuliana.


—Chicas, vamos, ya son las once —se escuchó la voz de mi papá del otro lado de la puerta.

Con las chicas salimos y nos encontramos con todos en el restaurante, no habíamos ni cenado así que seguramente todo lo que bebamos nos caiga para el orto. Aunque yo no vaya a tomar ni una gota de alcohol el agua con el estómago vacío puede caerme mal, más si estoy en mucho movimiento; o eso es lo que yo creo.

Me pare al lado de Enzo, él estaba con la mirada perdida.

— ¿Pasa algo? —le pregunte, acariciándole la nuca.

—Extraño a mi bebé, no aguanto más, ya quiero verla. Valentina no he hizo ni una video llamada —responde triste—. La llame yo y ni contesta, pero está activa en las redes y todo.

—Si querés yo hablo con ella para que te llame, o de ultima te presto mi celular —le sonreí, sin dejar de hacerle cariñitos en la nuca. A él le gustaba.

—Muchísimas gracias —me mira a los ojos.

Sentí como unas cosquillitas en mi estómago, me dieron ganas de abrasarlo y besarlo. Retire la mirada y mire al piso, estaba mal, no podía sentir nada por él ni por nadie, no ahora que hace poco había terminado con Mateo.

— ¿Sabes de que te hubieras disfrazado? —le susurre con una sonrisa pícara. Él negó con la cabeza—. De súperman.

Se sonrojo.

—A ver, pueden dejar de tirarse onda por favor —dijo mi papá en dirección a nosotros dos—. Gracias —dio una sonrisa sarcástica y siguió explicando—: Bueno, esta noche no quiero que nadie haga alguna estupidez, sobre todo vos, Dibu. No quiero que se vuelvan mamados ni que salgan a buscar a alguna piba o pibe —lo segundo lo dijo mirándome a mí, porque a las chicas no tenía derecho de decirles eso—. Solo diviértanse haciendo lo correcto. Gracias.

—Tu papá nos cago el plan, amiga —susurro Rebeca para nosotras, habíamos hecho una ronda.

—A mí me lo cago, no a ustedes —respondo en el mismo tono que ella.

Nos fuimos todos juntos caminando hasta el boliche, estaba abajo al lado del gimnasio. Cuando llegamos había un montón de personas, si bien era el boliche del hotel, otras personas podían ir. Nos fuimos a la parte VIP y después de pedir para tomar nos sentamos para después empezar con el perreo.

— ¿Qué paso que no tomas? —me pregunta el Kun.

—No quiero hacer estupideces, como la otra vez.

El no respondió, solamente asintió con la cabera riéndose recordando lo que había pasado aquella noche tan vergonzosa.

Después de unos minutos tomando y riendo, Mara habla.

—Che, vamos a bailar —en vedes una pregunta fue una orden.

Me agarro suavemente de los brazos llevándome a la pista de baile y empezamos a hacer los pasos que habíamos practicado. Sentí la mirada amenazante de mi papá, es horrible salir al boliche con tu viejo, pero simplemente lo ignore.

— ¡PERO SIEMPRE PIDE QUE...UN LATIGAZO, SIN ABRAZO SOLO CONTAZO! —Cantábamos al unísono.

En eso veo como Julián, Kun, el fideo y la copia china de Beckham se acercan con nosotras y empiezan a bailar. Ahí se me vino el "no soy tímido ni a palo" de Julián, él se transforma con la Scaloneta, se pone modo diablo.

Mientras bailábamos le echaba una que otra mirada a mi papá, y ¡por favor! Le estaba meta entrar al chupe. Menos mal que no quería que bebamos mucho...

𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐘𝐎 𝐄𝐒𝐓É 𝐀𝐂𝐀 ✦ 𝘌𝘯𝘻𝘰 𝘍𝘦𝘳𝘯𝘢𝘯𝘥𝘦𝘻 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora