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Narra Giuliana.


—No, boludo, por acá no era —le dije a Enzo mientras miraba a por la ventana del auto que habíamos alquilado.

—Acá dice la dirección... la puta madre —susurra lo último.

— ¿Cuándo llegamos? —pregunta Oli, está más inquieta que nunca.

Ya habíamos llegado a Inglaterra, Julián nos había mandado la dirección de su departamento y nos dijo que dejo la llave debajo de una planta. El tema es que no sabemos como chucha llegar, Enzo decía para un lado y yo para el otro.

—Mostrame la dirección que mando Julián, así la conectamos acá —señalo la pantalla del auto— y nos dice como carajos llegar.

Estaba de mal humor, hacía un calor de la china y no sabíamos cómo prender el aire del auto o bajar los vidrios, el auto tenía una tecnología del año 3000 y estaba todo en japonés. Nos costó una bocha arrancarlo.

— ¿Cómo lo conectamos si no sabemos cuál es el botón?

—Toca todo.

Le hice caso.

Primer botón: las puertas se abrieron.

Segundo botón: se abrió el techo.

Tercer botón: se prendió el aire.

Cuarto botón: se bajaron los vidrios.

Quinto botón: salió la bolsa de aire

Sexto botón: se prende la ventita pantalla.

—Por fin, Dios —dije mirando la pantalla.

Había un problema: todo estaba en japonés. Así que estuve como media hora traduciendo palabra por palabra con ayuda el traductor de google para buscar el departamento de Julián porque él iba a estar entrenando.

Llegamos y ya estaba Julián en su departamento, que siendo sincera parecía una casa de lo grande que era.

— ¡Hola! —nos abraza uno por uno dándonos un beso en el cachete. Después agarró a upa a Olivia—. ¿Qué paso que se tardaron tanto?

—Pregúntale a Enzo... —respondo de mala manera.

—Boe, no es mi culpa que el auto que alquilamos este en japonés —dice dándome besos por todo el cuello.

—Bueno, Enzo, está la nena —Julián le tapa los ojos a Olivia y ella suelta una risita—. Contame que les paso.

Después de que Enzo contara lo que nos pasó y Julián se nos ría en toda la cara, almorzamos y nos fuimos a dormir. Habíamos salido a las cuatro de la madrugada.

(...)

Julián nos estaba llevando a un shopping para comprarnos ropa, él dijo que estaba todo muchísimo más barato y tenía toda la razón del mundo. Pasamos la tarde con él y después fuimos a cenar a un restaurante súper lujoso.

No paraban de pedirle fotos a Julián y a Enzo. Algunos me pedían fotos también a mí. Olivia saludaba súper simpática a todos los que se nos acercaban, y estos la saludaban de igual forma.

Llegamos a casa y Enzo fue a dormir a Olivia, estaba súper pegote a su padre. Julián y yo nos quedamos charlando y tomando vino.

— ¿Qué onda la convivencia? —me pregunta levantando y bajando las cejas.

—Que tarado que sos —le di un sorbo a mi copa con vino—. Re tranquilo, trabajando los dos a full y bueno...

—Me entere que varios representantes te querían llevar a Estados Unidos, ¿Por qué no aceptaste? Sos una boluda.

𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐘𝐎 𝐄𝐒𝐓É 𝐀𝐂𝐀 ✦ 𝘌𝘯𝘻𝘰 𝘍𝘦𝘳𝘯𝘢𝘯𝘥𝘦𝘻 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora