Extra I

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Alisé la falda negra de mi corto vestido, el cual llegaba hasta la mitad de mis muslos y di un pequeño giro en mi lugar, esperando que la prenda no se eleve demasiado ni revele nada que pueda dejarme en ridículo

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Alisé la falda negra de mi corto vestido, el cual llegaba hasta la mitad de mis muslos y di un pequeño giro en mi lugar, esperando que la prenda no se eleve demasiado ni revele nada que pueda dejarme en ridículo. Admiré mi escote en forma de corazón, satisfecha con la forma en la que realzaba mis senos y ni siquiera estaba usando alguna cinta para sostenerlo. Terminé de colocarme unas mangas del mismo color de mi atuendo que comenzaban desde mis muñecas y terminaban unos diez centímetros por debajo de mis hombros. Se adherían a mis brazos y me permitían moverlos sin ninguna molestia.

Me coloqué unos zapatos con tacón altos de color negro, cerrados por delante, pero ligeramente abiertos en el medio. La delgada correa de los tacones tenía un par de diamantes que le daban un toque brillante a mi calzado. Por último, agregué un par de pulseras, aretes y collares a mi imagen. Peiné mi cabello con los dedos, intentando darle una forma natural a las ondas que había formado en el.

Apliqué un sutil maquillaje a mi rostro mientras le sonreía a mi reflejo. Hacía muchas pausas al guardar los objetos que no había usado, disfrutando de la irritabilidad que eso le generaba a mi hermano, quien esperaba sentado en mi cama a que terminara de arreglarme. No sabía que un ceño fruncido podía profundizarse más de lo normal hasta que observé el rostro de mi hermano.

Aaron lucía muy irritado.

—Llevo dos horas viendo como le aplicas un sinfín de cremas a tu rostro.

—Se llama cuidado de la piel, hermanito, deberías probarlo —Me siento a su lado, examinando sus facciones—. ¿Por qué estás en modo Grinch? Navidad fue hace tres días, quita esa expresión de amargado.

— ¿Por qué tú te ves tan contenta?

—Tengo una cita —Le sonreí, era imposible que algo opacara mi felicidad—... con Ryan.

Aaron bufó, burlón.

— ¿En serio? Llevan saliendo por cinco meses y todavía no son novios... de nuevo.

—No tenemos prisa en ponerle una etiqueta a lo que tenemos, lo importante es que nos queremos y eso es suficiente —le confieso, sonriendo al ver el mensaje de Ryan—. Sin embargo, presiento que esta cena será diferente.

— ¿Es por eso que te arreglaste como si fueses a ir a un evento glamuroso o algo parecido? —se jacta, señalando mi atuendo—. No te ilusiones, solo irán a comer, como la última vez que salieron. Hubiese sido más divertido ir al parque de atracciones o al...

— ¿Cómo sabes qué...? —Negué rápidamente, cerrando los ojos—. No, no lo digas, me hago una idea de la respuesta.

— ¿Puedo pedirte un favor?

Me crucé de brazos, esperando que continuara.

—No te vuelvas a ir de la ciudad —pide, tomándome por sorpresa—. Si te vas, estoy seguro de que esta vez Ryan te seguirá y prefiero tener a mi amigo cerca.

Fuera de la Friendzone (Mejores Amigos libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora