En inglés: Friendzone.
En español: Zona de amigos.
En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como algo más.
Muy largo, lo sé.
Autumn siempre ha ocultado sus sentimientos, el miedo de ser rechazada po...
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Me coloqué la toalla blanca alrededor de la cintura y salí de la ducha, con el cabello y torso aún mojado. Hoy había sido el mejor entrenamiento de la semana, pero también el más destructivo, ya que el entrenador se había encargado de dejarnos listos para el partido de hoy.
— ¿Estás sonriendo? —Escuché la voz inconfundible de Dylan, mi compañero de equipo y el que más me agradaba de todos—. Llevas casi toda la semana siendo un completo gruñón, pero hoy pareces estar a punto de estallar de felicidad —Se acercó mucho más—. Dime, ¿quién fue la afortunada de anoche? ¿O debería decir desafortunada? —bromeó, riéndose solo.
—Solo solucioné un par de problemas —Fue inevitable no sonreír.
Comencé a vestirme velozmente, quería salir de este lugar e ir en busca de...
—Deberías contagiarle un poco de tu felicidad a Shawn —La sola mención de ese nombre logró borrar la sonrisa en mi rostro—. ¿Escuchaste cuantas veces fue reprochado por el entrenador? —Negué. Todo el tiempo en la cacha había hecho oídos sordos a cada grito del entrenador, él me causaba dolor de cabeza—. Bueno, terminó con Savannah, ¿y para qué? —farfulló, con malicia en su voz—. La chica que quería invitar al baile lo rechazó.
— ¿Así? —Si esa chica era Autumn, entonces me sentía más tranquilo al saber que ella había escuchado mis palabras—-. ¿Quién es la chica?
Dylan guardó silencio. Él comenzó a buscar entre su ropa, como si fuese la cosa más importante, evitando mi mirada a cómo de lugar.
—Dylan —mascullé.
— ¿Para qué abrí la boca? —murmuró para él, pero logré escucharlo. Nuevamente sus ojos se clavaron en mí y observé cierto temor en ellos—. Es Autumn y déjame decirte que no ha estado hablando muy bien de ella, pero te digo es...
Con el enojo recorriendo mi cuerpo y consumiéndome, dejé a Dylan hablando solo mientras me colocaba una camiseta y caminaba en busca del imbécil que se había atrevido a hablar de mi mejor amiga. Les advertí a todos; les dije que Autumn era inalcanzable, que ni se atrevieran a hablar con o de ella, o si no se las verían conmigo. Sería todo un placer romperle la cara al idiota de Harper.
