En inglés: Friendzone.
En español: Zona de amigos.
En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como algo más.
Muy largo, lo sé.
Autumn siempre ha ocultado sus sentimientos, el miedo de ser rechazada po...
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Solté un suspiro lleno de placer y satisfacción al sentir suaves presiones húmedas sobre mi espalda y cuello. Un estremecimiento se apoderó de mi cuerpo debido al descenso de la mano de esta persona, deteniéndose en mi zona más sensible. Me removí buscando una mejor posición para disfrutar de los silenciosos y fogoso besos que él dejaba sobre mi cuerpo.
No existía nada más asombroso que despertar al lado de la persona que quería, mucho mejor si era sintiendo sus caricias y toqueteos.
Decidí mantener los ojos cerrados y relajarme ante los movimientos del individuo. Levantarme de la cama requería de mucho esfuerzo y no estaba lista para separarme de la calidez que el cuerpo de Ryan me proporcionaba.
La ternura con la que me tocaba no hacía más que derretirme y causar un intenso calor en mi cuerpo.
—Sé que estás despierta, Summer.
La voz ronca y muy energética de Ryan me hizo reír. Jadeé cuando sus brazos me apresaron y me atrajo hacia su cuerpo; mi espalda impactó contra su pecho y pude sentir su respiración erizar mi piel.
—Es una excelente mañana —murmuro, colocando mis manos sobre sus brazos y haciendo el intento de estar lo más cerca de él, rozándolo.
—Yo diría que es una maravillosa tarde.
— ¿Qué dices? —inquiero, abriendo los ojos por completo.
—Son las tres de la tarde, Summer. No debería de sorprenderte, llegamos a las siete de la mañana a tu casa y me exigiste quedarme a tu lado, así que aquí estamos —Él me inmovilizó, no queriendo dejarme salir de sus brazos.
— ¿Las tres de la tarde? ¿Qué demonios?
Ryan olvidó por completo que continuábamos desnudos y me acorraló debajo de su cuerpo. Observé la chispa de alegría en su mirada, sus manos sujetaron con firmeza mi cintura y comenzó un camino de besos desde mi boca hasta la parte baja de mi estómago.
—Ryan —susurro, queriendo recobrar la compostura. Hoy era domingo y todos estaban en casa, ¿acaso no notaron mi ausencia?—, creo que...
—Autumn, mamá dijo que... ¡Oh por Dios! ¡Que asco! —chilla Aaron, señalándonos. Grité sorprendida. Ryan regresó a su lado de la cama lo más rápido posible mientras que yo hacía lo necesario para cubrirme—. ¡MIS OJOS! ¡Mis hermosos ojos!
