Capítulo 22 | Citas y celos

7.7K 477 163
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Entonces

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Entonces..., ¿qué fue lo que te dijo el doctor? —le pregunté a Autumn, procurando no sonar demasiado preocupado.

Su madre había accedido a que le invitara a comer, con la promesa de que no la llevaría tan tarde a casa. Pero desde su salida del hospital Autumn se había mantenido en completo silencio, cabizbaja y pensativa. Mientras conducía, ella observaba fijamente el exterior, ignorando todo a su alrededor.

Ignorándome.

El pensar que ella podría estar enferma me inquieta y preocupaba, más aun cuando se mostraba tan callada.

—Autumn —insistí, colocando mi mano sobre la suya en un intento de llamar su atención.

Los ojos de ella se clavaron en nuestras manos y conservó la mirada en estas, como si estuviese admirándolas. Una tenue sonrisa nació en su rostro, lo cual comenzó a calmar la inquietud que estaba despertando en mí el verla tan taciturna. Llevó uno cuantos mechones de su pelinegro cabello detrás de la oreja, y finalmente alzó el rostro y clavó sus ojos verdes en mí.

No era preocupación lo que su mirada reflejaba, sin embargo, tampoco evidenciaba tranquilidad. Era como una mezcla de ambas.

—Estoy bien. Todo está bien conmigo..., físicamente —dijo, balanceando su cabeza suavemente y frotándose las sienes—. Psicológicamente, puede que no.

— ¿Qué significa eso? —Fruncí el ceño cuando ella recostó su espalda en el asiento y volvió a bajar la mirada.

—El doctor sugirió que realice terapia para poder controlar las crisis de ansiedad, cree que visitando a un profesional podré... no lo sé... lograr que los ataques sean menos violentos y pueda tranquilizarme sola. Pero le dije que no lo haría —detalló, jugando con sus dedos, lo cual hacía cuando se sentía inquieta—. Entonces mi madre se enojó y comenzamos una tensa discusión frente al doctor, en la cual no pudo convencerme de nada. Por ello, creí que no me permitiría venir a comer contigo, fue toda una sorpresa cuando accedió.

— ¿Por qué no quieres ver a un profesional? —me atreví a preguntar—. Esa persona puede ayudarte, Autumn.

—Sé que puede hacerlo —reiteró, volviendo a poner sus manos sobre la mesa, con determinación—. Solo no quiero tener que ir a terapias y hablarle a una persona desconocida sobre mi vida. El doctor dijo que no debo estresarme o preocuparme en exceso, realizar ejercicios, relajarme y dejar de lado los problemas que aquejan mi salud, así que seguiré cada una de sus instrucciones y estaré bien. Antes del accidente nada de esto me ocurría, haré que vuelva a ser así.

Fuera de la Friendzone (Mejores Amigos libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora