¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
What if...?
¿Qué hubiese pasado si Amelia se quedaba y escuchaba a Remus?
Navidad, 2002
Una vez más la joven pelicobriza se observó en el espejo de cuerpo completo mordiendo su labio inferior preguntándose si sería mejor permanecer en cama esa noche fingiendo algún malestar pues no se sentía del todo motivada a pasar las siguientes horas rodeada de un ambiente navideño.
— Lia, ¿podrías ayudarme a...?
El recién llegado se detuvo en seco ante la visión de su hermana quien se ruborizó carraspeando incómoda. Harry meneó la cabeza mostrando una sonrisa y acercándose señalando la corbata arrugada alrededor de su cuello.
— Te ves...
— No lo digas —pidió con las mejillas rojas.
— ¿Por qué no? ¿Acaso no se me permite decirte cumplidos?
— Suficiente tendré con los cumplidos de los invitados.
— Aún así —Amelia le miró con ojos entrecerrados—, te ves hermosa, mucho más que eso.
Su hermana rió nerviosa dándole un ligero empujón.
— Luces mejor sin corbata —aconsejó girando hacia el espejo— ¿En verdad me veo... bien?
— Sí.
— Pero, he bajado de peso, hace un mes estaba en los huesos, Harry, me veo terrible con esto.
— ¡Detente! ¡Te ves hermosa, Lia! ¡No te menosprecies de esa forma!
— De acuerdo —sonrió ruborizada.
Él besó su frente lanzando la corbata al otro extremo de la habitación mientras que Amelia evaluaba su reflejo, y no iba a mentirse a sí misma, le gustaba lo que veía, le gustaba bastante.
⊱ ✧ ⊰
Remus entró en Malfoy Manor dando un respiro profundo, cada vez más ansioso por la cena navideña de esta noche, más aún al pensar que vería a Amelia y pasaría horas con ella, horas para poder degustar su vista con su bonita presencia.
Cruzó las puertas dobles siguiendo al elfo quien le guiaba hasta la sala común de donde provenían risas y voces, agradeció a la criatura amablemente, tragó saliva y se desanudó la corbata antes de guardarla en los pliegues de su túnica, luego resopló dándose cuenta que era la tercera vez que realizaba esa acción desde que salió de casa.
— ¡Remus! —la exclamación de Sirius le sobresaltó, el castaño sonrió en su dirección— Joder, te ves tan elegante. Amelia tirará baba por ti, te lo aseguro.
