|56| 𝕳𝖔𝖌𝖆𝖗, 𝖈𝖎𝖙𝖆𝖘 𝖞 𝖑𝖆𝖘 𝖉𝖚𝖉𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝕿𝖍𝖊𝖔

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Remus Lupin no dudó en presentarse a Malfoy Manor tan pronto como su aspecto mejoró, le tomó más tiempo de lo que consideró, pero el resultado valió la pena

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Remus Lupin no dudó en presentarse a Malfoy Manor tan pronto como su aspecto mejoró, le tomó más tiempo de lo que consideró, pero el resultado valió la pena. Y, lo confirmó cuando Teddy se lanzó a sus brazos diciéndole lo mucho que le había extrañado.

Ethan también le abrazó, de forma más tímida y reservada, y Remus no dudó en devolver el gesto besando sonoramente sus mejillas ruborizándolo.

Narcissa le observó de pies a cabeza antes de asentir con una sonrisa dando su aprobación.

— Es agradable verle de nuevo, señor Lupin.

— Lo mismo digo, señora Malfoy —sonrió nerviosamente— Yo, no sé cómo agradecerle por...

— No es necesario, fue un placer, son niños maravillosos.

— Te extrañé, papá —chilló Teddy abrazándose a su pierna.

El corazón del castaño dio un vuelco al escucharlo y su lobo aulló feliz, se sentía tan bien. Al instante, lo tomó en brazos haciéndole cosquillas. Su risa se sintió como un alivio para su alma adolorida.

Su mirada viajó hasta Ethan que miraba al suelo ligeramente incómodo y, sin dudarlo, lo tomó en la misma forma que a Teddy haciéndole soltar un gritito sorprendido, besó su frente con cariño dándole una sonrisa.

— Un bonito cuadro familiar —la voz de Lucius sobresaltó al cuarteto.

— ¡No! ¡Mamá falta! —replicó el peliazul con un puchero en los labios.

— Por supuesto —repondió Narcissa apresurada dirigiendo a su esposo un ceño fruncido— Lo que Lucius quiere decir, es...

Mordió su labios buscando las palabras, Remus se encogió de hombros devolviendo al suelo al par de niños sin separarles demasiado de su lado.

— ¿Por qué no pasamos al jardín? Hay galletas de chocolate y podrán mostrarle al señor Lupin sus escobas infantiles.

Ante el asentimiento del castaño Teddy salió corriendo por el pasillo tirando de Ethan quien le pedía ir más lento, Lucius salió tras ellos a paso rápido intentando asegurarse que no se hiciera daño y, sobre todo, que no dañasen los costosos jarrones de la decoración. Narcissa y Remus les siguieron más calmados.

— Lamento mucho haber estado ausente la semana pasada —una mueca de culpa se mostró en su rostro.

— Cada uno lo procesó a su manera, no le culpo, creo que habría hecho lo mismo en otras circunstancias.

— Y gracias por...

— Lo he dicho antes, señor Lupin, no es necesario agradecer.

— De acuerdo, pero, por favor, tuteame.

— Únicamente si me corresponde.

—Bien —sonrió con las manos en los bolsillos.

Continuaron en silencio hasta llegar al jardín donde esperaba una pequeña mesa con té y una bandeja de galletas recién hechas, más allá Teddy huía de Lucius escondiéndose tras los arbustos mientras Ethan estaba sentado en el césped jugando con lo que parecía Snap Explosivo.

𝐃𝐞 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐚 𝐋𝐮𝐩𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora