|50| 𝖀𝖓 𝖙𝖗𝖔𝖟𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖛𝖊𝖗𝖉𝖆𝖉

177 18 31
                                    

Lesath caminaba de un lado a otro por la habitación desesperada tratando de ignorar los aporreos de Alexander a la puerta y dando miradas calmantes al par de niños en su cama, aunque ellos no la reconocían asustándose con su comportamiento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lesath caminaba de un lado a otro por la habitación desesperada tratando de ignorar los aporreos de Alexander a la puerta y dando miradas calmantes al par de niños en su cama, aunque ellos no la reconocían asustándose con su comportamiento.

Despeinó su cabello frustrada, pensando en algún plan para cuando el mago derribara la puerta, pensó que quizá podrían saltar por la ventana o armar algo que los ayudasen a bajar con los elementos de la habitación, sin embargo, en cuanto probó abrir los ventanales, estos le enviaron una maldición cruciatus que la hizo morder sus labios para evitar soltar un grito.

Pateó la mesita de noche molesta sobresaltando a los niños, se disculpó en voz baja y se sentó a su lado observándolos aferrarse el uno al otro.

En un susurro llamó a Effie esperanzada, y sus ojos se inundaron de lágrimas cuando después de tantos llamados la elfina no apareció, mucho menos lo hicieron Dobby, Kreacker u otro elfo.

Debió pasar al menos una hora cuando escuchó la voz seria de Rabastan, Lesath pensó que él se llevaría a su hijo y le dejarían tranquila.

Gran error, Rabastan abrió la puerta con ayuda de su varita de forma que Alexander pudo ir directo a los niños apartando a Lesath de un movimiento de varita.

Ethan se aferró a Teddy sosteniéndose por las sábanas sin éxito, Alexander tiró de ambos hacia la puerta maldiciendo ante las protestas de ellos.

- ¡Suéltame! -protestó la joven al ser detenida por Rabastan evitando que fuese tras los niños- ¡No puede llevárselos! ¡Alexander!

- ¡Son mis hijos, hago lo que se me plazca con ellos! -devolvió el mencionado tomando a Teddy en brazos y arrastrando a Ethan del brazo- ¡Si te atreves a...!

- ¡No te atrevas a amenazarme! ¡Será mejor que los sueltes ahora mismo!

- ¡Ellos son mis...!

- ¡NO! ¡TENGO SUS CUSTODIAS! ¡ME PERTENECEN! -gritó soltándose, finalmente de Rabastan y caminando hacia Alexander para quitar al metamorfomago de sus brazos- ¡SON MIS HIJOS! ¡MÍOS! ¡Y NO PERMITIRÉ QUE EL DONADOR DE ESPERMA TENGA LA OPORTUNIDAD DE JUGAR EL PAPEL DE PADRE PREOCUPADO Y AMOROSO QUE NO ES!

Retrocedió en cuanto Ethan salió de su alcance, con lágrimas en sus pupilas los rodeó protectoramente mirando a los hombres desafiantes.

- No son tus hijos -habló Rabastan con lentitud, haciendo énfasis en cada palabra- Son hijos de Lilian Amelia Potter, a ella es a quien le pertenecen las custodias , y tú, ya no eres esa persona. Así que Alexander, tiene todo el derecho sobre sus hijos, son su sangre.

- ¿Qué? -susurró aturdida negándose a creerlo.

- ¡Mis hijos, mi propiedad, mis reglas! -Alexander comenzó a acercarse con una sonrisa victoriosa

Lesath se aferró a los niños retrocediendo a cada paso que él daba en su dirección, su espalda no tardó en chocar contra la estantería provocando que los menores tomaran sus ropas con fuerza encogiéndose de miedo ante el hombbre a centímetros de ellos.

𝐃𝐞 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐚 𝐋𝐮𝐩𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora