⦗𝟎𝟓⦘ 一𝐅𝐚𝐥𝐬𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐚𝐥 𝐚𝐜𝐞𝐜𝐡𝐨.

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Lo intentó. Jura que lo intentó. Se acercó a Heather con la mejor de las intenciones y le ofreció su amistad, pero la muy odiosa parecía disfrutar el hacerle la vida imposible. Empezó con gestos pequeños, como dejarlo en situaciones incómodas o golpearlo "accidentalmente". Incluso torcía los hechos para parecer la víctima y él el agresor. Al inicio no le puso atención, convencido de que era su cabeza torciendo todo a causa de los celos —porque sí, de alguna forma también se había puesto aún más pegajosa con Sasuke—, pero luego pudo distinguir de a momentos las miradas odiosas, o las expresiones burlonas cada que lo hacía quedar en ridículo por "accidente". Poco a poco estar cerca de Heather se convirtió en tener una presencia amenazante acechándole a las espaldas, como una bestia que caza a su presa de manera silenciosa, y no se dará por satisfecha hasta desmembrarla de la manera más dolorosa, torturándola y retrasando su muerte lo más posible antes de finalmente comerla. Y joder, la Daniels de verdad que era buena jugando con la comida.

Naruto odiaba ser la comida.

Pero ahí estaban de nuevo, en una situación incómoda que Heather había creado a propósito para dejarlo mal parado, siendo el rubio el único que parecía darse cuenta del odio bien disimulado de la fémina hacia su persona. El par de chicos frente suyo lo miraban amenazantes con una "lastimada" Heather detrás suyo, que intentaba "defenderlo".

—E-Esta bien chicos... —murmuró, con los ojos llorosos y una mejilla roja—. Fue un accidente. Naruto no quería hacerme caer...

¿Qué si quería? Sí. Demasiado. Pero él no lo hizo. Vio el momento exacto en el que la chica se lanzó a su lado contra el suelo como si la hubiera empujado a pesar de que estaba a casi tres metros de distancia —aunque el par de imbéciles que lo andaban amenazando no parecían querer darse cuenta—. Pero mierda, deseaba con todas sus fuerzas que se estampara contra el piso una vez más, a ver si con el golpe aprendía a dejar de hacerse la víctima.

Los ojos azules enfocaron el rostro de la castaña, y por un momento pudo jurar que vio la sonrisa más vil que vio en su vida, cargada con tal cantidad de cinismo que es difícil de creer que venga de un cuerpo tan pequeño. Un escalofrío atravesó su espalda. Fue como ver a su mayor temor directo a la cara, y tuvo miedo, porque supo que esa misma mirada podía arruinar su vida sin que nadie siquiera lo notara, además de presa y cazador.

Y por como iban las cosas parecía si querer hacerlo...

Pero, al igual que una ilusión, desapareció tan rápido como llegó, volviendo a la delicada y vulnerable Heather que todos amaban.

Aunque ella supo que él la vio, así como él supo que ella quería que la viera.

—¿Verdad, Naruto?

Porque no hay mayor placer para un predador que ver el miedo reflejado en el rostro de su víctima.

El rubio mordió su lengua, tragándose sus quejas y bajando la mirada.

—Si...

Era un juego del que solo ellos dos tenían conciencia, siendo participantes y observadores al mismo tiempo, a pesar de que Naruto nunca acordó que quería jugar.

—No quería hacerla caer.

Porque siempre supo que tenía todas las de perder.

[ . . . ]

—Me odia.

Las palabras salieron con la rabia contenida que llevaba tragándose toda la semana. Tanto Sakura como Hinata lo miraron, atónitas.

—¿Seguimos hablando de la misma persona? Porque dudo que Heather sea fisiológicamente capaz de odiar, o de conocer el significado de esa palabra.

Bufó fastidiado. De alguna manera, sabía que Sakura diría eso.

𝐇𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora