⦗𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 𝟑⦘ 一𝐀 𝐥𝐨𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐇𝐢𝐧𝐚𝐭𝐚.

125 8 2
                                    

Cuando Hinata vio por primera vez a Sakura, que se trababa entre palabras con la cara roja, solo pensó una cosa;

"Linda."

Más no planeaba decirle eso nunca. Al menos no en voz alta.

Fue entonces que su relación fue avanzando, y aquel "linda" se convirtió en un "me gustas". Fue cuando los roces se hicieron más suaves y las sonrisas venían cada vez más cargadas de amor que Hinata tuvo la leve, pequeñísima sospecha de que tal vez, solo tal vez, sus sentimientos eran correspondidos. Pero no podía estar segura.

Y eso le aterraba.

Entonces conoció a Naruto. El chico parecía estar siempre lleno de energía, andando por la vida como si no le importaran las opiniones de nadie, haciendo lo que le daba en gana y precisamente esa era su magia, por eso la gente lo quería tanto.

Hinata no pudo evitar admirar esa energía, querer imitar esa fuerza, y apropiarse ella misma de un tipo de valentía diferente a la del rubio.

¿Y qué mejor manera de hacerlo que preguntarle al chico que la inspiraba a salir de su caparazón para intentar cosas nuevas?

—Me gusta alguien.

Lo dijo así de la nada una mañana cuando él la acompañaba a clase y Sakura no estaba cerca. El chico enseguida enrojeció, sorprendido por sus palabras y haciendo que ella también se avergonzara.

—A, ah.. ¿si? Que bueno... —murmuró él rascando su cuello, poco acostumbrado a ese tipo de temas de conversación. Tampoco esperaba que la tímida Hinata empezara a hablar de esto con él, pero apreciaba que la chica confiara lo suficiente en su persona como para contarle.

—Nos conocimos a inicio de año cuando recién llegó a la escuela y estábamos en la misma clase —continuó, siendo muy vaga respecto al quién—. Quiero declararme, pero no se si yo también le gusto —ya no pudo mantenerle la mirada cuando la vergüenza empezó a hacerse presente.

Pero el chico le sonrió, llamando su atención para que la mirara.

—Hina, no digas eso —le dijo con ese tono fraternal que pocos conocían—. Eres una chica increíble, y ese chico es muy afortunado de que te hayas fijado en él.

"Chica." corrigió mentalmente, pero lo dejó seguir, sintiéndose como una niña chiquita cuando le acarició la cabeza con esa sonrisa dulce.

—Estoy seguro de que tu también le gustas.

—¿De verdad?

—De verdad.


[ . . . ]


Y esas simples palabras fueron suficientes para hacerla cometer una estupidez, pues ahora se encontraba parada en silencio, viendo como su crush y mejor amiga parecía haberse convertido en piedra.

¿En qué mierdas estabas pensando?

Después del "me gustas" no hubo respuesta, solo una cara estoica y un silencio tan ruidoso que la hizo entrar en pánico.

Es obvio que no le gustas de vuelta.

Su cabeza intentaba confundirla con oraciones que parecían ser ciertas, de manera tan degradante que empezó a dudar si aquellos pensamientos eran suyos.

Ambas son chicas, ¡Por el amor a Dios!

¿Qué diría su padre? ¿Qué diría su familia? ¿Les daría asco?

𝐇𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora