Decir que Naruto no se encontraba aterrado sería una vil mentira. Le temblaban las rodillas de solo pensar que se estaría quedando por un tiempo indefinido en la casa de su mejor amigo/crush/chico que lo mandó al hospital luego de reemplazarlo por su nueva e hipócrita novia, pero era eso o quedarse en el hospital —el doctor no le dejaría volver a su casa a vivir solo—, y se rehusaba a dormir una noche más en esa odiosa cama, entre las blancas sábanas que parecían atraparlo en sus pesadillas para evitar que se moviera del colchón y las paredes que se cerraban entre sí para evitar que escapara.
No volvería a ese maldito cuarto de hospital, así tuviera que vivir con Sasuke y su familia.
Itachi llevaba dos de sus maletas, una en cada mano, con su típica sonrisa amable plasmada en el rostro. El chico ni siquiera vivía en la casa, pues se quedaba en los dormitorios de la universidad de medicina a la que estaba atendiendo, pero se ofreció a venir para ayudarles con la mudanza, y como todos los Uchihas, era tan terco que no aceptó un no por respuesta. Sasuke iba justo detrás con la maleta sobrante. Se las habían arreglado para vaciar su closet entero y parte de sus pertenencias y que de alguna manera cupieran en esas tres maletas —cortesía de Mikoto, que le ayudó a empacar—. A él no le habían dejado cargar nada porque recién le daban el alta y "seguía delicado", estupidez que lo puso de mal humor, pero que terminó por tragarse porque no quería ser grosero en casa ajena.
Finalmente en el cuarto para invitados fue Mikoto quien le ayudó a desempacar y acomodarse. El tour de la casa ni siquiera fue necesario, pues Naruto llevaba siendo su invitado de honor desde que tenía memoria, y la mujer siempre lo había tratado como si fuera otro de sus hijos cada que venía de visita.
Hoy no era la excepción. La mujer le hablaba de una manera tan dulce que el rubio se sentía hasta culpable por gustar de su hijo.
—Y supondré que ya lo sabes, pero mi marido suele estar bastante ocupado, así que la mayoría del tiempo está encerrado en su estudio o en reuniones de la empresa. No te aconsejo entrar ahí, mucho menos si él está presente, y respecto a los baños... —siguió explicando ella, ajena a los pensamientos del adolescente enfrente suyo. O eso pensó Naruto antes de que Mikoto se callara súbitamente, girando para mirarlo. La forma en la que sus cejas se fruncieron resaltaba un poco las pequeñas arrugas que se iban acumulando al borde de sus ojos—. Naruto, querido, te noto distante. ¿Está todo bien?
Tal vez era lo que le llamaban instinto maternal, tal vez solo instinto femenino, tal vez él era muy evidente. Fuera lo que fuera, no supo responder. Le sonrió de manera extraña y asintió incómodamente. La mujer suspiró, tomando sus manos delicadamente y sobando su dorso con movimientos circulares, acariciando con tal suavidad que parecía que sus pieles apenas y se tocaban. El chico se tensó, poco acostumbrado a ese tipo de trato, pero la mujer solo le sonrió cariñosamente, como si quisiera que se sintiera seguro.
—Sé que nunca podré compararme a tu madre, pero siempre estaré aquí si me necesitas —el momento era surreal, las palabras daban la sensación de ser parte de un sueño—. A pesar de que no seas mi hijo, no dudes nunca del cariño que te tengo.
Y su sonrisa pareció hacerse más dulce, su mirada más tierna, y el contraste con el tono divertido que usó para hablar luego le calentó el pecho de una manera "bonita".
—El diablo sabe más por viejo que por diablo, y te aseguro que tengo los años suficientes para dar buenos consejos. —Se burló ella de sí misma, haciendo un chiste de su edad antes de reír elegantemente, la risa que solo ha visto en esa mujer que asimiló como "descripción de madre" desde una edad muy temprana, y no supo por qué la escena se le hizo tan nostálgica, ni porque de repente tenía tantas ganas de llorar.
Pero se sentía bonito.
¿Así era tener una mamá?
—Ay, mi niño... —murmuró ella al ver sus lágrimas, pasando los pulgares por las gotas que aún no se derramaban antes de atraerlo a su pecho, sin esperar los brazos que la rodearon con necesidad y anhelo, pero sin apartarlos tampoco, solo dejándolo llorar en paz, recordando el tiempo en el que el chico frente a ella que ya le sacaba bastante altura apenas le llegaba a las rodillas, persiguiéndola por la casa y llamándola "mamá" porque así la llamaban Sasuke e Itachi y él no era lo suficientemente grande como para pensar que era irrespetuoso o imprudente o que ella tenía un nombre.
Entonces acarició su cabeza, pasando sus dedos por sus cabellos y tarareando suave una melodía que, a pesar de ser susurrada, parecía cubrir el ruido de los sollozos e hipidos, y lo arrullaba como esa canción de cuna que siempre quiso que su mamá le cantara pero solo podía tararear el mismo por las noches mirando a su retrato. Se aferró a ella, temblando en sus brazos como un animal herido que busca refugio bajo el manto de un extraño, permitiéndose por al menos un momento cerrar sus ojos e imaginar que esta persona, que no estaba unida a él por sangre, podría llenar un pedacito de su corazón que siempre estuvo perdido y roto, agonizante por cariño, sangrando dolorosamente, pero que nunca mostró porque para todos era incómodo hablar de la madre del niño huérfano.
Pero ahí, hecho bolita en los brazos de la mujer que lo vio crecer, Naruto no se sintió como el niño "huérfano" por primera vez desde que tiene memoria. Sintió como si Mikoto se las hubiera arreglado para llegar a esa parte de él y le hubiera susurrado "Está bien, puedes llorar. Estoy aquí, yo te sostengo. No te dejaré solo. No te dejaré caer."
Y se sintió tan bonito...
Tener una mamá, así fuera por solo un poquito, se sentía bonito.
Este está cortico porque quería enfatizar en Mikoto siendo la figura maternal de Naru y bueno, soy lágrimas.
Esta vaina me esta saliendo al revés. Se supone que escribo pa hacerlos llorar pero siempre soy yo quien al final se echa la chillada escribiendo, y pa rematar cuando escribí esto acababa de leer un fic de Banana Fish omegaverse en el que Ash está muerto pero marcó a Eiji y ahí está Sing, enamorado, intentando ayudar a Eiji a salir del duelo pero hundiéndose con él y les juro que me dejo en la mala durante el tiempo que seguía en emisión.
Si les interesa es de Tsundere_Kitty y se llama "This is me trying [SingEiji]". Pueden encontrarla en mi perfil en la lista de 'Hermosas obras de arte sin categoría'. Tengo bastantes historias más de la misma autora porque les juro que escribe precioso y sus historias son demasiado buenas, y pues aja, solo les digo que preparen pañuelos porque va a ser lo más hermoso y autodestructivo que leerán en mucho tiempo (aunque es de esperarse, todas las obras de esa autora son arte. Ella me inspiró muchísimo a empezar a escribir e intentar mejorar).
Enfin, ya termine con la promoción no pagada. Ojala les haya gustado.
𝕬𝖙𝖙፡ 𝕴𝖟𝖆𝖆𝖗𝖈
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𝐇𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫
FanfictionNaruto no pudo saber cuando todo había empezado, mucho menos como, pero sí sabía que las cosas se estaban saliendo de control. ¿Qué si estaba en sus planes aquella atracción que llegó de repente a sacudirlo y poner de cabeza su mundo? No, obviamente...