En una tarde de verano, casi otoño, dos pequeños niños de diez años se encontraban llegando con sus respectivas familias al restaurante "The Flame", un lujoso restaurante francés en la ciudad de Inazuma.
-Madre, ¿puedo pedir el menu del día?-cuestionó un adorable niño, uno de esos dos antes nombrados, a la mujer que poseía su mismo caballo largo y cían con pequeñas ondas.
Sus ojos naranjas casi rojizos parecían resplandecer cuando miraba algo que le generera curiosidad o que le causara gusto, aunque en su ojo izquierdo poseía una esclerótica negra.
-Claro, cariño. Cuando nos sentenemos, espera que encuentre donde está el hombre con el que quede aquí.-
-¿El de la reunión de negocios?-curioso pregunta el pequeño de diez años.
-El mismo. Me dijo que también traeria a su hijo para que os hicierais compañía mutua,¿que te parece?-
El niño de pelo cían hizo una mueca, no era muy sociable que digamos. Y no aguantaba mucho a otros niños que estaban tan centrados en coches y demás mientras él solo estaba interesado en el Fútbol y en convertirse en el mejor defensa del país algún día.
Algún día.
Pero, como diría su tío Reiji Kageyama, mejor llevarte bien con los poderosos, nunca sabes cuando pueden ayudarte.
Los aliados son tan importantes como los enemigos.
-Esta bien.-
-Gracias, cielo.-sonrio la mujer antes de notar algo.-Mira, allí están. Vamos.-y tomados de la mano madre e hijo fueron por el restaurante ante llegar a donde un hombre adulto y un niño de también diez años, el otro niño de antes, se estaban sentando.-¡Señor Kidou, buenos días!-
Entonces el hombre les notó y sonrió a su madre.
-Señora Sakuma, que bueno verla. Y este debe el pequeño Jirou,¿verdad?-
Ambos adultos miraron al niño que asintió a la par de su madre.
-Asi es y este debe ser Yuuto...-
-Sí. Un placer conocerla, señora.-
Y al fín ambos niños se miraron por prinera vez.
Los ojos rojos cual rubies de Yuuto se fijaron en los contrarios más no hizo comentario alguno como otros harían, solo lo saludo educadamente con un movimiento de cabeza y le invitó a sentarse a su lado.
-Mamá...-llamó Jirou sin dejar de mirar al otro niño.
-¿Si, cielo?-
-¿Nos sentamos, por favor?-
-Oh, si, si! Por favor, sientense. -invito el señor Kidou y eso hicieron.
Nada más pidieron la comida los adultos empezaron a hablar sobre cosas de adultos a lo que Jirou miró a Yuuto.-¿Te gusta el fútbol?-
El niño de rastas enarcó una ceja.
-¿A quién no?-
Ante eso, el de pelo cían asintió.
Puede que esta comida no estuviera tan mal.
-Soy Sakuma Jirou, encantado.-
-Kidou Yuuto, igualmente.-
Y empezaron a hablar sin saber que esa solo sería la primera de muchas converaaciones y comidas juntos por venir.
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El Emperador del Campo y el Delantero Pingüino 🐧🐧
RomanceMomentos más relevantes de la vida del Emperador del Campo y del Delantero Pingüino 🐧🐧