Jirou estaba que no cabía en sí de la alegría, el entusiasmo, especialmente del orgullo pues había sido él el encargado de marcar el gol de la victoria en su primer partido en el Fútbol Frontier, eliminando al equipo rival con un tres a dos.
Inmediatamente fue felicitado por sus compañeros pero cuando llegó ante su Comandante, este solo dijo que era una victoria pero una triste, no una digna de la Teikoku Gakuen y les mandó a ir a cambiarse al vestuario sin decir nada más.
Al ver el animo de Jirou, Yuuto no pudo evitar sentirse culpable.
Había dejado de lado a su amigo las últimas semanas y ni si quiera lo había defendido ante le crítica del entrenador por lo cual se acercó a su mejor amigo.
-¿Nos vemos mañana después de clase?-
Jirou pareció sorprenderse al ser preguntado tan de la nada pero no tardó en estar de acuerdo.
Y así fue.
Al día siguiente, tras la última clase del día, la cual había sido matemáticas, , fue que ambos volvieron a casa andando uno al lado del otro.
-¿Te puedes creer que Genda recibiese un beso de Katoru hoy en clase por el partido de ayer?-bufó Sakuma dejando que su amigo cargara su mochila, sin poder evitarlo.
Se solían turnar de quien llevaba las mochilas según el día cuando iban juntos de vuelta a sus casas.
Yuuto elevó una ceja.
-¿Acaso querías ser tu a quien le diera el beso?-cuestionó más por curiosidad que nada, aunque sentía una cierta molestia ante tal idea.
Katoru no le parecía la pareja ideal para su mejor amigo, pegaba más con cualquier otro.
Incluso con Genda.
Sus palabras parecieron sonrojar a su amigo.
-¡¡NO!!-gritó Jirou antes de toser al controlarse y volver su voz a su tono normal.-Pero no diría que no a una felicitación de alguien, Genda no fue el único que dio todo de sí en el partido de ayer.-confesó algo avergonzado pero sincero niño del parche.
El de googles le miró un momento antes de quedarse quieto haciendo que Jirou hiciera lo propio, confundido.
-¿Yuuto?-
-Tiene razón, te mereces una felicitación. Ganamos gracias a ti.-concordó Kidou, serio.
Antes de que Sakuma pudiera responder, sintió como unos labios fríos se posaban en su mejilla dejando un beso rápido y suave en esta haciendo que sorprendido subiera su mano posándola en la misma, mirando sonrojado al mayor.
-Ahí tienes.-sonrió de lado el de googles volviendo a emprender camino.-¿Vamos?-
-¿Eh?¡Si, sí! Ya voy.-
Y ambos volvieron juntos a sus casas.
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El Emperador del Campo y el Delantero Pingüino 🐧🐧
RomanceMomentos más relevantes de la vida del Emperador del Campo y del Delantero Pingüino 🐧🐧