Con once años, tras cinco meses de conocerse, Jirou se encontraba en el coche de su madre rumbo a la mansión Kidou, llevando una mochila de Pokemon con todas sus cosas para pasar la noche fuera de casa.
Está iba a ser la primera noche que pasará en casa de un amigo.
De su único amigo.
De su mejor amigo.
-¿Estás emocionado, Jirou?-
-Sí, mucho, mamá.-
La mujer sonrió viendo como se iban acercando a la casa de los Kidou antes de preguntar.
-¿Llevas todo?-
-Sí, mamá.-
-¿La ropa de repuesto?-
-Sí.-
-¿Tus auriculares para el ruido?-
-Sí, mamá.-suspiró el menora lo que la mujer río leve.
-Perdona, querido, solo quiero que no se te olvide nada.-
-Lo sé, mamá.-
Y así no tardaron en llegar a su destino, donde ambos se bajaron del coche y no tardaron en ser recibidos por el mayordomo de la familia Kidou, quien les informó que Yuuto estaba en su habitación haciendo los deberes y que el señor Kidou estaba terminando de trabajar.
Así pues, tras que su madre se asegurara de que le dejaba seguro, Jirou se despidió de su madre y fue corriendo a ver a su mejor amigo.
-¡Yuuto!-gritó feliz nada más entró en la habitación del contrario, quien levantó la vista de sus deberes de inglés y la fijo en su compañero, haciendo que una sonrisa adornara sus labios al verlo.
-Jirou, ya has llegado.-saludó el niño de las rastas levantandose del sofa y acercandose al contrario tomando la mochila de las manos de este.-Permiteme.-
Algo sonrojado por tal acción, el de cabello cían asintió dejando que Kidou tomara su mochila para llevar a un sitio de la habitación adecuada dejando todo listo para esta primera noche que se qurdaba Jirou a dormir en su casa.
-Gracias.-comentó el menor cuando el otro niño de once años volvió a su lado.
-No hay por qué. Sigueme, por favor, sentemonos.-
Sakuma asintió y ambos fueron a sentarse al sofa de la habitación enfrente de la televisión, notando solo entonces Jirou que está estaba encendida pero a bajo volumen.
Estaban hechando un documental sobre Pingüinos, especialmente los Emperadores.
-¿Te gustan los pingüinos?-cuestionó Jirou, inclinando la cabeza un poco hacía su derecha pasando a mirar al mayor de ambos.
El chico de ojos rojos miró de Jirou a la television antes de volver la vista a su amigo, y asentir, dejando sus deberes a un lado pues ya los había terminado.
-Sí,¿y a ti?-
-¡Sí!-sonrió el se ojos naranjas?-Son preciosos, adorables...hasta tengo un peluche de un pingüino azul.-
-¡Y yo!-afirmó/confirmó Yuuto con una sonrisa.-¿Te apetece ver el documental?-
-Claro.-
-Bien.-
Y eso hicieron.
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El Emperador del Campo y el Delantero Pingüino 🐧🐧
RomanceMomentos más relevantes de la vida del Emperador del Campo y del Delantero Pingüino 🐧🐧