<< Juguemos al Fútbol...juntos >>

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Yuuto miró el regalo en sus manos, algo nervioso, antes de tomar aire y subir la vista hasta la torre Inazuma donde había quedado a los pies de la misma con Jirou. Pronto emprendió camino y su corazón pareció saltarse un compás cuando vio sentado en el banco, mirando el horizonte, a su mejor amigo con una mulesta.

No dudo en acercase.

-Viniste.-fue su peculiar saludo escondiendo en regalo atrás de su espalda con su mano izquierda en lo que se sentaba al lado de Sakuma, quien le sonrió con cierta timidez en respuesta.

-¿Cómo no iba a hacerlo?-cuestionó divertido.-Aunque aún no entiendo porque querías que hablaros aquí y no en el campo, los demás están entrenando.-

-Por eso mismo.-aseguró KIdou a un confuso JIrou quien le miró sorprendido cuando movió su mano hasta posarla sobre la del delantero que ya estaba sobre el banco, tomándola con la propia uniendo a si sus manos en un dulce abrazo.

Tras uno segundos en silencio, Sakuma le miró, confuso y claramente algo preocupado.

-¿Qué pasa?¿Sucede algo malo?-

-Quería darte algo.-le comenta el de googls y mueve la mano izquierda hasta que Jirou ve el regalo y se lo entrega.-Esto es para ti.-

Sorprendido el del parche ve del regalo a su amigo hasta que sueltan sus manos y Jirou abre el regalo solo para encontrar un pequeño llavero con un pingüino azul a lo que tras unos segundos de silencio eleva la vista fijándola en el mayor.

-Yuuto....-

-Pensé en ti al verlo y me dí cuenta que puedo vivir sin ver más pingüinos, sin jugar al fútbol pero no sin tí, ¿Sakuma, mi mejor amigo, mi Jirou, me harías el honor de ser mi novio?-

El Emperador del Campo y el Delantero Pingüino 🐧🐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora