III

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Pov'Sakura

Llegué al colegio y pasé aburrida todas las clases,ni siquiera la energía de Rock Lee logró levantarme el ánimo, así que salí sin despedirme de nadie, quería caminar.
Era el mismo colegio de hace 2 años, pero donde volvería después, ya no.

—¿Qué tienes, Sakura?—Se interpuso en mi camino con su rostro cubierto, su eterna mascara siempre con él.

—Hola, Kakashi-sensei.

—Espero que ese saludo fuera por cortesía y no para evadir el tema.— Detuvo mi andar con una mano en mi hombro.

—No tengo nada.— Quise mentir para no preocuparlo, pero olvidé que él me conoce muy bien.

—¿Quieres ir a tu casa?— Inquirió, sabía que no desistiría.
Debí poner una mueca muy fea porque él tomó mi hombre y rápido, pero disimuladamente me condujo a  su cubículo y cerró la puerta.
—Qué tienes?— Su voz daba indicios que había logrado lo que menos quería, preocuparlo.

No pude contestar, lloré.

Extrañaba mucho a mamá, demasiado, ella era mi todo, y aunque amo a mi familia, no es lo mismo.
Kakashi me abrazó y bajó su mascara para besar mi mejilla.

—Sabes cuánto te quiero, pequeña. No estás sola. — Intentó tranquilizarme.

—Gracias, Kakashi.

Él tomó mi rostro y me besó, por supuesto correspondí.
Hace pocos meses Kakashi se me confesó, y sé que es sincero.
La diferencia de edad es tema delicado y por eso nos vemos escasos momentos.

¿Me ama? Estoy segura que sí.

¿Lo amo? Esa es una pregunta que me hago día con día desde que lo acepté.

La respuesta no ha llegado, pero sé que siento algo muy especial y grande por él.
Es un hombre único.

—No hay hogar, Kakashi. Mamá se fue y mi papá no me permitió irme con ella, en  esa casa la mayoría del tiempo está solo la mujer con la que papá se casó y  te puedo jurar que no me quiere.— Él era la única persona con quién podría hablar de todo y no me juzgaría.

—Puedes ir a mi casa. —Me sugirió

—¿Qué? Eso sería muy arriesgado.— Sabía de sobra que no todos pueden entender el tema de la edad sin juzgar.

—Sakura, sé que aún eres menor de edad y que yo soy tu profesor, pero mis intenciones contigo son serias, yo no estoy jugando, para mí eres mi vida. — Se apartó de mí y fue a abrir un cajón de su escritorio. De ahí sacó algo que ocultó con sus manos. —Pensaba darte esto en tu cumpleaños número 18, porque entonces podría presentarme con tus papás para pedir tu mano. — Me observó con la mirada más tierna que alguna vez yo hubiera percibido.

Entonces entendí que es lo que había ocultado.
Un precioso anillo de oro con un pequeño diamante incrustado. Ese era un anillo de compromiso, quedé muda,

—No espero que me des una respuesta ahora, mucho menos que vivamos juntos todavía. Pero si quiero que sepas que mi casa es tu casa, porque pretendo que tú seas la única dueña y señora de ella. Por lo tanto puedes ir las veces que quieras, incluso aunque yo no esté. Si no quieres volver temprano a la casa de tu padre, puedes ir a mi casa, a nuestra casa. — Tomó mi mano e introdujo el anillo en mi dedo, y antes de retirar su tacto, también colocó unas llaves.

—Kakashi... Pero

—Te amo, Sakura. Hoy y siempre.— volvió a besarme y correspondí.

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Itachi estaba tomando un café.

—¿De nuevo problemas de insomnio?

El azabache dirigió su vista a la mujer enfrente de él. Siempre había pensado que había dos mujeres exóticas en su vida: Sakura y Konnan.
Las únicas mujeres que había visto con ese color de cabello tan inusual: rosa y azul.

—No. De hecho ayer dormí muy bien.—confesó.

La peliazul se sentó frente a él y lo miró, desde hace meses que Itachi cargaba unas ojeras más grandes de las que solía tener.

—Lo que sea que hayas hecho ayer para por fin descansar, te recomiendo lo sigas haciendo.

Él sonrió,  la chica era su mejor amiga y novia de Obito, su primo.

—No creo que pueda hacerlo otra vez. Mi alma se condenó al infierno y ni un ángel puede rescatarme.— Se levantó de su asiento y se despidió con una señal en su mano.

—Tal vez si. ¡Un ángel veló tu sueño!- gritó Konnan viendo solo la espalda del pelinegro alejarse.

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El coche aparco esperando a la pelirosa.

—¿Cómo fue volver a ver a Sakura-chan después de tanto tiempo?— preguntó el rubio

—Sabes que me hace sentir feliz tenerla de nuevo con nosotros, como siempre debió ser.

El azabache menor dirigió su mirada hacia su hermana quien venía acompañada de un hombre de cabello gris.
Eso le molestó de sobremanera, ese hombre era mucho mayor que ella, quizá un poco más grande que Itachi y no tenía porque estar acompañándola.

—Se llama Kakashi, es un profesor .— Le resolvió su duda Naruto quien por muy tonto que fuera para algunas cosas, intuyó perfectamente la molestia de su mejor amigo, él también tenia la misma sensación de desagrado.

—Hmp... ¿Cómo lo sabes?—

—Mi papá lo conoce, la última vez que lo vio fue en el funeral de su novia.

—¿La novia de tu papá?- cuestionó Sasuke sin entender mucho.

—Y dices que que el usuratonkashi soy yo, la novia del sensei  falleció en un accidente de auto.

No pudieron hablar más porque la pelirosa se acercaba y Naruto fue quien salió a su encuentro, la tomó sin siquiera llamarla y la alzó entre sus brazos  y ella correspondió bajo la atenta mirada de Kakashi a lo lejos y la del azabache dentro del auto.

—Te extrañé tanto, Sakura-chan.— Naruto incluso se permitió derramar unas lágrimas y bastó con eso para que Sakura lo abrazara más, se sentía bien tenerlo de nuevo con ella.

Era el único que le había dicho que la había extrañado.

PECADO. (🔞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora