XX

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En  la cena nadie hablaba, cada uno se concentraba en ingerir sus alimentos como si fuera lo más importante en ese momento y la incomodidad  era evidente, distaba mucho de ser una reunion cordial.

La tensión estaba a todo lo que da y el único que intentaba mirar a todos era Fugaku,

De hecho, fue una odisea  que la joven de cabellos rosas y su hermano salieran de la recámara, desde ahí escucharon el motor del auto de su padre y sabían que habría una situación incomoda, era obvio que la madrastra de ambos no se quedaría callada y daría su versión de los hechos para hacerse la víctima, esto era bien sabido por parte del azabache mayor.

La jovencita no estaba tranquila, de nuevo ese picor en la garganta, estaba a punto de desarrollar ansiedad,   pero estaba decidida a irse de ese lugar así tuviera que mudarse a escondidas a su antigua casa. No tendría problema con el dinero porque sabía que Ino y Kakashi la apoyarían.

Itachi había notado su incomodidad e  intentó tranquilizarla, besó su frente y  le dio abrazos durareros,  la  sentó sobre sus piernas y le susurraba que todo estaba bien,  dándole besos ahora en la clavícula y su cuello.  Ella se dejaba hacer sintiendo un cosquilleo extraño en ella, se sentía protegida y al mismo tiempo acechada, una sensación nueva, pero no lo detuvo, solo sentía los labios húmedos del mayor, de alguna manera sus mimos la hacían sentir mejor.

Por su parte Itachi se contuvo para no empezar a tocar sus piernas y llegar al sitio que él ansiaba probar,  por el toque de la puerta, solo eso lo frenó y porque no deseaba  que su primera vez con ella fuera después de un arranque de ira. Pero se había dado cuenta de algo, Sakura no lo había detenido, no había  cesado ninguno de sus toques o besos, y él no planeaba hacerlo.

Pero que Fugaku los llamara era acatar, apesar de tener el temor latente que Mei abriera la boca de más, se permitió actuar con parsimonia,  pasara lo que pasara, Sakura estaría con él.
De eso estaba seguro. Ahora sabía que podía meterse no solo en su cama, sino en su corazón.

Los toques de su  padre no cesaron,  quería que bajaran a cenar todos y ahora  mismo parecía que no había ningun diálogo que entablar,  a regañadientes ambos accedieron, pero la joven  no se sentó al lado de Sasuke sino al de Itachi, acto que no le agradó nada al azabache menor y que no pasaría por alto.
Después de un rato de que solo se escuchara el sonido de los cubiertos, Fugaku rompió la tensión.

—Veo que no hay mucho de que hablar, más que de tu falta de respeto hacia mi esposa, Sakura.— Se dirigió  a la joven que le sostuvo firme la mirada penetrante de su padre.— Durante el tiempo que llevamos casados no he tenido alguna dificultad con tus hermanos, siempre la han respetado y ahora con tu comportamiento haz hecho que ambos la enfrenten. Te pido que ofrezcas una disculpa, Sakura.

La pelirosa había escuchando atentamente las palabras de su papá, sabía mantenerse serena y no discutir, pero también sabía muy bien no acceder a algo que ella no quiere, se había imaginado ese escenario con miles de posibilidades, exigirle una disculpa no había sido descartado, las arpías cómo la castaña hacen de todo para quedar bien y tragisversar las cosas a su conveniencia.

—No lo haré. — Volvió a pasar un pedazo de fruta por su garganta sin agachar la mirada. — Tu esposa me culpó a mí de toda la situación y quiso sobrepasar la línea de autoridad que tiene, abofeteó a Itachi-kun y quiso hacer lo mismo conmigo, así que no voy a ofrecer ninguna disculpa.

El gesto de Fugaku se endureció, la mirada de su hija era idéntica a la de Tsunade.

—Eres demasiado insolente, hija. Pero sabes bien que si Sasuke e Itachi pelearon fue por ti.— Respondió con sorna y poniendo un gesto de inocencia que no le  quedaba, Mei estaba dispuesta
a salirse con la suya.

PECADO. (🔞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora