𝓟𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮𝓼𝓼 𝓞𝓯 𝓗𝓮𝓪𝓻𝓽𝓼 ♤𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞 𝐈𝐧 𝐁𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝♤

Four

᯽⊱┈──╌❊╌──┈⊰᯽

La respiración de ella era agitada, sus piernas dolían de tanto correr, mas de una vez casi tropezo con algunos de los escalones del grande hospital, aun así eso no impedia seguir el paso de la chica con fuerza y desesperación.

Sintió su corazón pararse cuando estuvo en frente de la puerta, donde su pequeño hermano se encontraba con varias maquinas conectadas a el. Con sus manos temblando, tomo el pómulo de la puerta, lentamente abrió esta provocando un horrible chillido.

A pasos lentos, Persefone  se dirigió a la camilla sintiendo los latidos de su corazón desenfrenado. Tomo una de las cortinas verdes que cubrían la camilla. Sintiendo las lagrimas hacer presensia en sus verdes ojos, la angustia comenzó a evadir todo su cuerpo, sentía como si alguien estuviera clavando pequeñas agujas en su pecho.

Su respiración se volvió rápida y su boca se entreabrió. Su pequeño hermano no se encontraba allí.

Sus piernas por un instante le fallaron debido al temblequeo de su cuerpo. Callo de rodillas al suelo, su vista estaba totalmente borrosa por las lagrimas y un fuerte nudo se comenzaba a formar por su garganta, ahogándola y dejándola sin respiración.

-¡Jun!- el nombre de su hermano salio de su boca en un fuerte grito desgarrador.

De la rabia comenzó a golpear su propio pecho mientras las lagrimas caían por todo su rostro.

Había jurado protejerlo, ella juro que estaría con el en todo momento. Pero el no estaba ahí, lo había perdido y quien sabe si lo volvería a ver otra vez.

Esto no podía estar pasando.

¿Donde estaba su hermano?.

¿Donde estaban todos?

Y en especial, ¿que era este lugar?.

᯽⊱┈──╌❊╌──┈⊰᯽

-¿Has visto a alguien?- le pregunto Arisu una vez la vio llegar.

-No, a nadie- contesto ella casi en un susurro.

Sus mejillas estaban coloradas de tanto correr, incluso Arisu juraría que su amiga había estado llorando por sus ojos rojos. Persefone se recostó boca arriba en el suelo, tratando de esa manera recuperar el aire.

Arisu miro a sus amigos llegar y con esperanza de escuchar que habían visto a alguien por los calles.

-No hemos visto a nadie, las calles están desoladas- respondió Chota.

-Los móviles tampoco funcionas- comunico Karube.

Los cuatro chicos se miraron desesperanzados mientras se sentaban en el suelo. Karube poso su mirada en su mejor amiga, otra vez la chica parecía estar perdida en sus pensamientos.

El silencio reino en ellos, ninguno decía una palabra. La noche callo rapidamente dejando las calles en una oscuridad aterradora.

-Tal vez sea un simulacro de evacuación- soltó Arisu llamando la atención por primera vez de la rubia.

-No lo creo, es demasiado grande para ser eso Arisu- la rubia negó con la cabeza y miro a su amigo.

-Tan poco es tan malo- Persefone frunció el ceño sin entender a lo que iba Arisu.