Fourteen

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Perefone no podía estar más sorprendida en ese momento, no por el nombre del juego, ni la dificultar, sino por el hecho que debían de darle caza a ella. Ahora entendía el color de los collares, los azules eran los cazadores. Seria un juego totalmente injusto, tres contra uno.

Aun no comprendía el porque de su vestimenta, era algo totalmente innecesario. Si con solo los colores de collares bastaban, ahí entendió que de seguro el Game Master, como lo había llamado Arisu, debería de encontrarse disfrutando de ver este juego.

La rubia le dio la ultima calada a su cigarro antes de tirarlo al suelo, se acerco a la mesa. Pero en esta solo se encontraban herramientas, nada que la fuera a ayudar a defenderse. Destornilladores, dos martillos y una llave inglesa era lo que se encontraba sobre esta.

Tal vez si no salía del cuarto no la encontrarían, aunque eso significaba que gente inocente como ella iban a morir. La rubia dudo un momento, ¿Debería de luchar con los cazadores por su vida?, ¿Tendría que matarlos antes que la maten a ella?.

Si lo pensaba de esa manera el juego era bastante sádico de parte del Game Master. Pero no tuvo mucho tiempo de pensar cuando la puerta fue abierta de golpe.

Dejando ver a una chica de tez morena, con la mirada oscura. Para Persefone juraría que la chica estaba drogada.

-Aquí estas princesa- hablo ella. Su voz salio rasposa y por la forma que miraba a la rubia juraría que estaba loca.

-Olvídate de la idea de que voy a morir en este juego por ti- siguió mientras se acercaba a ella, mostrando que en una de sus manos poseía un cuchillo- Darle caza a la princesa para ganar. Fácil para mi- se burlo

Y tras de decir eso la morena soltó un grito antes de lanzarse hacia la rubia. No fue difícil para esta esquivar a la loca de la morena, con solo ese movimiento Persefone había determinado que era bastante impulsiva.

-No tenemos porque hacer esto- hablo la rubia- Te aseguro que debe de haber otra manera para ganar el juego- la morena rió a carcajada limpia.

-¿Otra manera dices?- volvió a reír sin poder creer las palabras que salían de su boca- Nena, aquí mueres o sobrevives.....de la manera que sea-

La morena levanto el cuchillo dispuesta a lanzárselo hacia la rubia como si de una lanza se tratase. Para desgracia de Persefone, no vio venir ese movimiento, dándole justo en el hombro izquierdo.

De los labios de la rubia salio un alarido de dolor, sin darle tiempo a reaccionar cuando el primer puñetazo de la morena dio en su rostro.

-Eres de esas estúpidas que creen que pueden salvar a todo el mundo- soltó la morena con desagrado. Persefone se encontraba en el suelto con la chica arriba de ella-¿Princesa de corazones?, vestida con esas ropas ridículas. Esto no es más que un juego estup.....-

Persefone no le dio tiempo a terminar, el puño de ella había dado justo en la mejilla de la morena, logrando que esta cayera a un lado. La rubia se levanto del suelo lo más rápido que pudo y con fuerza de más quito aquel cuchillo de su hombro, arrojándolo lo más lejos posible de la morena.

-¡Ahora si cagaste princesita!- grito la chica mientras se ponía en pie..

Persefone no estaba dispuesta a matar a nadie con sus propias manos, pero la morena tenia otro pensamiento, esta si estaba dispuesta a matarla. Con la adrenalina comenzando a hacer acto de presencia en la rubia, no dudo en atacar primero.

Pero esta era demasiado buena, lograba esquivar todo los golpes que la rubia intentaba darle. Para la mala suerte de Persefone, la morena había logrado estampar el cuerpo de esta contra la pared, dándole un fuerte golpe en el estomago, haciendo que esta cayera al suelo de rodillas.

-¿Eso es todo lo que tienes?- pregunto la morena mientras la tomaba de los cabellos. Golpeando no una sino dos veces su cabeza contra la pared.

Un pitido se apodero de los oídos de la morena, junto con su vista volviéndose borrosa. Por un momento Persefone tuvo miedo de morir a manos de la loca chica, cuando su sus ojos comenzaron a pesarle. Sintiendo todo su cuerpo volverse una pluma, se estaba entregando completa a su destino.

-¡No te vayas Persefone!- la imagen de su pequeño hermano frente a ella, gritandole a la rubia que no se rindiera, la devolvió a la realidad.

Siendo ahora Persefone quien también tomara la melena de la chica, tirando con demasiada fuerza de estos hacia atrás. Un fuerte golpe en el vientre de la morena la desestabilizo por completo, dándole la oportunidad a Persefone de ponerse en pie.

La rubia sabia los puntos más débiles de cualquier mujer, primero pateo la vagina de esta, para luego darle dos puñetazos a cada ceno de la morena. La cual se encontraba en el suelo retorciéndose de dolor y con lagrimas cayendo de su rostro.

Persefone sentía que lograba tener el control absoluto de la situación, le estaba gustando y demasiado. Sabia que la morena no la dejaría en paz y lo confrimo cuando la rubia se coloco arriba de esta, donde la chica la esperaba con una fuerte y sonora bofetada.

El rostro de Persefone se torno rosa, casi carmesí del enojo que comenzaba a acumularse en ella. Negociar por tratar de buscar una solución para salvarse ya era inútil. El primer puño fue a dar en la mejilla de la morena, el segundo en su mandíbula y el tercero en su ojo.

Y como si eso no fuese suficiente la rubia la tomo de los cabellos con ambas manos, estrellando la cabeza de esta al suelo. La morena no tenia ni una pizca de ser idiota y ella tampoco estaba dispuesta a morir. Con sus dos manos tomo las caderas de la rubia haciendo presión con sus uñas.

Persefone sintió como las uñas de la morena se clavaban en su cintura poco a poco. Con gritos de dolor la rubia volvió a estrellarle la cabeza al suelo, una, dos, tres veces. Hasta que sintió como el agarre en esta se había aflojado.

Persefone observaba como la sangre comenzaba a salir detrás de su cabeza, tiñendo sus manos de rojo..

-La he matado- susurro la rubia. Pero algo en ella no se arrepentía de haberlo hecho, algo en ella le había gustado haberlo hecho, manchar sus manos de sangre ajena había despertado su más oscura curiosidad.

Persefone quería vivir, tenía un hermano en casa que la esperaba. Estaban sus amigos en algún lugar de Tokyo esperando por ella y en especial de seguro Karube se encontraba esperandola en La Playa. No podía morir, no quería hacerlo, no de estas maneras, no por los juegos.

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Arriba les dejo la imagen del vestido por si no lo describi muy bien. Sin la capa claramente, el vestido tendra michua importancia mas adelnate en la historia.

𝓟𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮𝓼𝓼 𝓞𝓯 𝓗𝓮𝓪𝓻𝓽𝓼  ♤𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞 𝐈𝐧 𝐁𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora