Seventeen

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La Playa estaba repleta de gente por todos lados, bebiendo, algunos drogandoce incluso teniendo sexo en frente de todos. El sombrerero no se había equivocado y Persefone podía confirmarlo viendo a la gente a traves de la ventana de su habitación.

No hace mucho que la rubia se había despertado y todo gracias al fuerte ruido de la música. Su estomago rugía de hambre, pero esta no se había animado a salir de las cuatro paredes aun.

Su habitación era muy sencilla, una cama doble se encontraba en el centro de esta, junto a una pequeña mesa de luz, un armario casi vació ubicado a la derecha de la puerta. Esta también contaba con dos juegos de sofá individual, donde en el medio de ellos se encontraba una pequeña mesa redonda. Claramente la habitación tenia su propio baño, no era tan grande como el de Mira pero tampoco le disgustaba a la rubia.

Persefone se levanto de uno de los sofás que se encontraba al lado del gran ventanal de su habitación. Dispuesta a salir de esta en busca de algo para comer.

Al parecer la noche en La Playa tenia más vida, la rubia no paraba de toparse con gente por los enormes pasillos de esta. Una vez en la planta principal observo a su alrededor, ubicando a la perfeccion una enorme cocina a su derecha. 

El olor a marihuana la invadió apenas esta entro, un par de chicas bastante grandes se encontraban fumando en el centro de la habitación. La cocina era enorme y acaparaba un enorme armario repleto de golosinas. 

Persefone no dudo en acercarse a este, siendo ignorada por las cuatro mujeres de ahí. Tomando del armario una caja de maní con chocolate. Las cuatro mujeres entre risas y tropezones salieron de la cocina, olvidandose de una caja de cigarros saborizados, especificamente de menta. 

Algo en lo que claramente la rubia no desaprovecho, tomo la caja entre su mano verificando que contenía la mitad de los cigarros y un encendedor celeste.  Persefone tomo uno de estos apretando la pequeña pelotita de la colilla antes de encenderlo y con la primera calada se dirigio hacia donde la música resonaba en todo su esplendor.

Una enorme piscina se ubicaba en el centro del patio, junto con un montón de reposeras playeras a su alrededor. Las personas no paraban de bailar, algunas conversaban a los alrededores con vasos en sus manos y ni hablar de otras en las piscinas comiendoce entre ellas.

Persefone sin rumbo fijo comenzó a caminar por los alrededores, donde las miradas iban directo a todo su cuerpo, incluso llevandose varios chiflidos coquetos. Pero la vista de la rubia iba en las personas solamente en busca de sus amigos, cansada de dar más de tres vueltas por el lugar sin señales de ellos se paro en la barra.

Hacia ya bastante tiempo que ella no probaba una gota de alcohol. 

Con una botella de cerveza en su mano y la mitad del cigarro en la otra. Era ahora Persefone quien se encontraba recostada en una de las reposeras frente a la piscina.

Sus ojos estaban cerrados mientras disfrutaba de la buena música a su alrededor. Persefone se permitió relajar su cuerpo un momento a la vez que disfrutaba las pequeñas bolitas de maní con chocolate.

-Sabia que en algún momento nos volveríamos a encontrar- la rubia sintió un peso en los pies de la reposera.

Abrió sus ojos encontrandoce con la imagen de Chishiya observandola, con sus manos en los bolsillos como de costumbre y  la capucha en su cabeza. Persefone solo se encogió de hombros antes de darle otro trago a su botella.

Sin embargo Chishiya no aparto la mirada de ella, sin ser capaz de recordar el nombre de esta. No por el hecho de que no le importara o tuviera mala memoria, más bien era porque la chica lo había susurrado antes de irse.

Pero verla ahí, relajada como si no le importara nada, incluso la prescencia de el, en parte le molestaba. La chica que había estado corriendo por su cabeza en varios momentos lo ignoraba.

-¿No piensas hablar?- pregunto el molesto.

-¿Qué es de lo que quieres hablar?- pregunto la rubia mientras llevaba lo que restaba del cigarro a sus labios antes de arrojarlo al suelo.

Persefone no tenia la intencion de entablar conversación con nadie y en especial con el. Aun había algo en Chishiya que no le cerraba. No sabía si era esa aura de chico misterioso lo que no le agradaba o el hecho de que sabía que los chicos solamente se acercaban por su belleza. La rubia sabia que ahora estaba por su cuenta para defenderse de la gente idiota y no andaba con ganas de hacer un alboroto.

-No lo se....¿tal vez tu nombre?- contesto este mirando hacia el frente.

-Ya te lo dije en el juego pasado- respondió ella comiendo un maní de la pequeña caja.

-¿Me creeras si te digo que no lo recuerdo?- pregunto el sacandole una sonrisa a la rubia. La cuál seguía teniendo sus ojos cerrados.

-Tal vez no- contesto Persefone llevandose la botella a los labios.

-Entonces déjame decirte que no lo recuerdo- la rubia abrió los ojos para observar como este miraba hacia el frente.

-¿Por que tanto interes en saber mi nombre?- pregunto esta.

Chishiya giro su cabeza para observarla, tomandoce el placer de admirar aquellos hermosos ojos, quienes los observaban como si el no fuera nada. Una sonrisa traviesa se poso en los labios del chico.

-Tal vez por que quiero saber el nombre de la chica que ah estado rondando por mi cabeza los últimos días- Persefone sintió como la respiración se le cortara por un momento.

No daba credito de las palabras que habían salían de la boca del chico frente a ella, le había salido con tanta naturalidad.

-¿No crees que soy un poco pequeña para ti?- pregunto ella con una ceja alzada.

Esa pregunta la había salvado en todas las ocasiones, pues la gente grande que se acercaba a ella con intenciones de coquetear rápidamente se alejaba al saber su edad.

-Mmm...no lo se- contesto este volviendo su mirada al frente.

-Tengo dieciocho años- contesto la rubia dandole otro trago a su botella.

Chishiya sonrió de lado sin que esta lo viera, el juraría que la rubia a su lado aparentaba unos veinte y tres años cuando la vio en el primer juego. Pero ahí estaba el, hablandole a la única mujer que no había podido sacar de su cabeza y sumandole que era siete años menor que el.

-Si te conociera lo suficiente pensaría que crees que te estoy coqueteando- Persefone frunció el ceño ante lo dicho por el- Solo llamaste mi atención en el primer juego, eres muy inteligente, ademas jamas saldría con alguien siete años menor que yo- 

Persefone rió un poco, llamando la atención de Chishiya, no solo por su risa melodiosa. Sino por el hecho de que ella reía ante el duro comentario de el. Ni siquiera se había ofendido.

-Si tu lo dices- Chishiya vio como Persefone se terminaba de bajar la botella por completo, como si esta fuese agua.- Iré por otra de estas- anuncio ella antes de levantarse.

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𝓟𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮𝓼𝓼 𝓞𝓯 𝓗𝓮𝓪𝓻𝓽𝓼  ♤𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞 𝐈𝐧 𝐁𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora