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Cuando tuvimos al bebe nos dispusimos a irnos de la comisaria. Ian se quedo completamente dormido en el coche y Mickey aprovechó para decir que lo internaríamos de un modo u otro.

Me pareció un gesto bonito de su parte, teniendo en cuenta que a Mickey no se le da bien expresar sus sentimientos quiere hacer lo posible para que Ian se recupere. 

Cuando llegamos a el hospital psiquiátrico Ian seguía ido pero no tanto, ya perecía más consciente de las cosas. Fiona apareció de repente, su cara decía que no había dormido nada y no se si por algo bueno o malo, parecía más bien por algo malo.

Creo que una de las cosas más tristes que he presenciado a sido la despedida de Mickey e Ian, casi se me salen unas lagrimas. 

Pero de eso hace ya una semana, una semana en la que no sabemos mucho de Ian, solo que esta bien. 

Hoy empezamos de nuevo el instituto, mi primer día en mi onceavo curso. En cambio, Carl, va a repetir sexto por tercera vez.

Entro a la habitación y lo veo probándose diferentes ropas, cada cual más absurda que la anterior.

—Carl, vas al instituto no a vender hierva— rio al ver su cara de decepción— A parte, no tienes que parecer un camello, si no pierdes tu tapadera.

El rueda los ojos como respuesta mientras se pone unos dientes falsos que simulaban oro.

—¿Cómo estoy?— casi no puede hablar con esa cosa puesta en la boca.

—Sinceramente... pareces más idiota de lo normal— digo soltando una risa.

—Vamos Li, deja de tomártelo a broma— me replica— Necesito dar buena impresión.

—Bien, bien señor gánster— levanto los brazos en rendición— Seguro que tienes algo que pueda servir sin necesidad de que parezcas tonto.

Me levanto y voy hacia el montón de ropa que tiene encima de su cama.

—¿Esta?— pregunto levantando una camiseta básica negra con las mangas cortadas.

—Ya me la he probado, no me gusta.

Revuelvo la ropa hasta que encuentro unas bermudas grises flojo, una camiseta de tirantes con un estampado raro y una camisa de cuadros de manga corta.

—Esto— afirmo, se lo lanzo a Carl y el lo coge en el aire.

Me tumbo boca arriba en la cama para que Carl se pueda cambiar a gusto, después de dos minutos Carl dice que ya esta.

—Me gusta— digo con una sonrisa— Debería ser estilista— el rie. 

Pongo una mueca al oler algo horrible.

— Pero que coño— pone una mueca de asco mientras se tapa la nariz.

Ambos salimos de la habitación y nos encontramos con Chuckie cagando con la puerta abierta.

—¡Joder, cierra la puerta coño!— cierro la puerta de un golpe.

Carl coge su desodorante y lo rocía por el pasillo y la puerta del baño. Cuando estamos a punto como siempre escuchamos la voz de esa asquerosa rubia teñida.

—No la soporto— me giro a mirar a mi mejor amigo con una cara de asco y el ríe.

—Chuckie le esta dando al chocolate caliente allí arriba— dice Carl nada mas sentarse. 

—Ya sé porque es.

—¿Por los seis churros de ayer?— digo con gracia.

—No, es la cuarta vez que repite cuarto curso— explica su madre mientras bate una mezcla rara— Siempre le pegan.

soulmates|| carl gallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora