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Lia Thompson

Un movimiento brusco hace que abra los ojos.

—Lia, levanta ya.

Gruño girándome y volviendo a cerrar los ojos.

—Vas a llegar tarde al instituto —insiste Carl.

—Llevo dos semanas sin ir, déjame en paz. —Gruño una vez más dandole la espalda.

—Aunque me encantaría admirar ese culo blanco cubierto de lencería hoy vas a ir al instituto. —Siento como me agarran al estilo princesa.

—¡Carl, bájame! —Me agarro a su cuello para evitar caerme.

—Abre los ojos, Lia. —Hago lo que me dice con pereza.

Me encuentro con los ojos café de Carl mirándome fijamente. Su agarre en mi pierna se hace algo más fuerte, suelto un jadeo y el sonríe con suficiencia.

—Vas a vestirte en vez de tumbarte en la cama de nuevo ¿verdad?

Asiento sin encontrar las palabras, sus ojos no se han despegado de los míos en ningún momento. Entonces recuerdo que estoy en ropa interior y el me esta cogiendo.

—¡Suéltame! —Oculto mi cara en su cuello para que no vea el sonrojo que se me ha formado.

Aunque Carl ya me ha visto en ropa interior antes esta vez me ha parecido algo más intimo.

Carl me deja encima de la cama sin decir nada. Puedo escuchar su risa mientras lo hace.

—Cambiate de una vez y baja a desayunar —ordena.

El trenzado sale de la habitación dejándome sola. Suelto el aire que no sabia que estaba aguantando, paso una mano por mi pelo enredado mientras intento que el calor que se me ha instalado en el cuerpo se pase.

Esto es todo lo contrario a lo que tenia planeado. Ignorarlo y seguir con mi vida.

Pues muy bien te esta saliendo querida.

Paso las manos por la cara con frustración antes de levantarme y buscar algo para vestirme.











[...]

—¡Lia! —escucho la voz de Carl—. ¡Vamos, hay que llevar a Liam a la escuela!

Bajo las escaleras con calma.

—¿Quién a dicho que somos amigos de nuevo, Gallagher? —Ni siquiera lo miro.

—¡Lia! —Liam abre los brazos para que lo coja.

—Hola pequeñajo —Lo agarro por las axilas y lo levanto—. ¿Te llevo al cole? —El niño asiente.

Veo por el rabillo del ojo como Carl se acerca pero lo paro.

—No te he perdonado, Gallagher —mi voz sale más fría de lo que pensaba—. No pienses lo contrario.

Nick le da unas palmadas en la espalda en forma de apoyo.

Salgo de casa con Liam en mis brazos, el niño se agarra a mi mientras me va diciendo cosas sueltas.

—Vamos a andar un rato ¿vale? —Lo bajo al suelo y le doy la mano.

—Que bien te quedaría ser madre. —Carl, que estaba manteniendo las distancias, se coloca a mi izquierda—. Sobre todos si son nuestros.

Hago una mueca de asco.

—Sueña.

—Vamos Li —suplica—. ¿Cuándo me vas a dejar explicarte todo?

Hago como que pienso—. Nunca.

Escucho como el trenzado suspira derrotado y vuelve con Nick unos pasos más atrás.

5 minutos después dejamos a Liam en su cole y nos dirigimos al instituto.

—¡Dominique! —Carl llama a una chica cuando llegamos al recinto.

—¡Tus trenzas y tu podeis dejarme en paz! —dice la chica mirando con desprecio al chico.

Me rio ante la cara de Carl.

Qué bien me cae la niña esta.

Paso de largo sin querer pararme a escuchar la conversación. Después de dos semanas vuelvo a pisar este instituto y la sensación de felicidad no aparece nunca en mi organismo. Odio casi tanto estar aquí como estar en mi casa con mis padres.

Vaya dia me espera...











[...]

—Estoy embarazada —dice Fiona.

Levanto la vista del plato de comida, de repente ya no tengo hambre.

—¿Piensas tenerlo? —La pregunta sale antes de que pueda evitarlo.

—No —dice rapidamente.

Suelto un suspiro de alivio. Menos mal, al menos ella no vive en los mundos felices de Debbie.

—Menos mal —susurro—. No me malinterpretes, si hubieses querido tenerlo no hubiese pasado nada pero no creo que ahora mismo estéis en la mejor situación económica.

—Gracias a Dios que alguien me entiende —murmura Fiona sentándose en frente mio.

Por suerte, las únicas en la cocina somos ella y yo.

—¿Cuándo vas a ir a la clínica?

—Estoy esperando a ir con Debbie.

Me rio por lo bajo—. Fi, eso va ser imposible. Esta convencida que lo quiere tener.

—Es porque no ve la mierda que es tener un hijo.

—Y no lo va a ver Fiona. Ella quiere tenerlo, con tu apoyo o sin el. ¿Por qué no mejor la apoyas aunque no estes de acuerdo con su decisión? Ella te necesita —suspiro—. Incluso se esta apoyando en Frank, Fiona, en Frank.

—¿Qué? —Su boca se abre en sorpresa.

—Si. Dice que si tú no la apoyas al menos Frank lo hace. Frank esta convencido en iniciar el vinculo que nunca tuvo con sus hijos.

—No puede ser verdad. —Fiona gruñe y su cabeza cae en la mesa—. ¿Por qué todo tiene que pasarme a mí?

Niego con la cabeza viendo su reacción un poco exagerada pero no digo nada.

—No puedo apoyarla —dice de repente—. Lo siento Lia pero no puedo apoyar una decisión que le va a arruinar la vida.

Me encojo de hombros—. Luego no te quejes.

Me levanto de la mesa con el plato en la mano dando por finalizada la conversación. Me voy al comedor y me siento en el sofá junto a Nick. Ahora que lo pienso, no he visto al pelirrojo en todo el día.

Cojo mi móvil y marco su numero. Me levanto y me voy hacia el porche.

Hola

—¿Dónde te has metido pelirrojo? —pregunto.

He renunciado al trabajo en la cafetería. Fiona es muy pesada —suelta un suspiro—. No te preocupes, estoy en la universidad de Lip, me ha conseguido un trabajo.

—Vale, me habías preocupado. —Sonrio aunque no pueda verme—. Mandale recuerdos a Lip. Cualquier cosa me llamas.

Vale, adiós.

La llamada se corta. Guardo el teléfono en mi bolsillo y vuelvo dentro de la casa. Me vuelvo a sentar en el sofá junto a Nick y agarro el plato.

—¿Quieres? —le ofrezco. El chico me mira con recelo al principio pero después acepta el pollo con gusto.

—Gracias. —Lo escucho decir.





Bueno, aquí teneis otro capítulo ;)

Espero que esteis muy bien.

Un abrazo,

LU

soulmates|| carl gallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora