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—Necesito que me acompañes a un sitio.

—Debbie es muy pronto— murmuro frotándome la cara con mi mano libre.

—Son las 12 de la mañana, Lia— dice en tono demandante—. En 5 minutos te paso a buscar.

Ni si quiera me deja contestar, cuelga el teléfono dejándome con la palabra en la boca. Suelto un gruñido, me levanto de la cama con pereza y voy hacia mi armario para buscar algo de ropa.

Realmente llevo horas despierta por culpa de los gritos y los gemidos que salen de las habitaciones de Laura y Thomas, es simplemente asqueroso. Cuando ya estoy vestida agarro un rollo que me preparé ayer.

Bajo las escaleras mientras busco mi mechero en algún bolsillo del pantalón, por fin lo encuentro cuando llego a la puerta de casa.

—¿A dónde vas?— la voz de mi padre resuena a mis espaldas.

—No te importa— y sin más salgo a la calle dando un portazo.

Me coloco el rollo entre mis labios, acerco el mechero al inicio de porro, lo enciendo y le doy un calo. Suelto el humor rápido y le doy otra calada pero esta vez más profunda, salgo a la calle esperando a que llegue Debbie.

Pasan 5 minutos cuando la pelirroja decide aparecer, me pone una mueca cuando ve lo que queda de porro.

—¿Para que me querias?— pregunto dando la última calada.

—Me vas a acompañar a la farmacia— elevo las cejas—. A por una prueba de embarazo.

—¿¡Perdón!?

—Si... y más te vale no decir nada— me amenaza.

—Espero que si llegas a estarlo no lo tengas— ambas empezamos a andar hacia el centro.

—Quiero tener un bebe— dice con calma.

Giro mi cabeza para mirar a Debbie buscando que por favor sea broma pero ella se encuentra seria.

—Oh, que no es broma— la pelirroja niega.

Suelto un suspiro, esta niña cada vez esta más loca pero no soy quien para meterme en sus asuntos. Aunque con 14 años me parece exageración tener un bebe pero bueno ya sabrá lo que hace.

Nos tiramos andando unos 20 minutos hasta que por fin llegamos a una farmacia. Debs se pierde entre los pasillos, mientras voy a buscar planks. Cuando los encuentro busco la receta que le recetaron a mi madre hace unos meses y voy a la caja.

—Tu no puedes comprar esto— me dice la chica de la caja.

—Por favor, mi madre se esta muriendo del dolor y no puede salir de casa— finjo llorar, escucho un bufido seguido por el pip del código de barras escaneándose.

—16'99 — le doy el dinero, cojo las pastillas y me voy.

—¿Debs ya estas?— la pelirroja esta cogiendo una caja de píldoras del día de después—. ¿Cómo se supone que vas a pagar eso?

—He conseguido dinero— responde sin más yendo a la caja.

—Te espero en la puerta— la chica asiente.

Me apoyo en la pared de al lado de la puerta viendo a Debbie hablando con el cajero, este último se recarga sobre el mostrador acercándose de más al mostrador. La pelirroja se hecha hacia atrás con cuidado, doy unos pasos para intervenir pero Debbie agarra las cosas y viene hacía mi.

—¿Qué ha sido eso?— pregunto una vez estamos fuera.

—El tio ese esta salido, solo me miraba a las tetas— dice de mala gana.

—Sabes Debs, creo que deberías tomarte esas pastillas— indico la caja de píldoras—. No creo que tener un bebe con 14 años sea buena idea... Ya sabes, cuestan mucho dinero y tal...

—Se lo que quiero y quiero a Derek— dice muy segura.

Suelto un suspiro frustrado, meto mis manos en el bolsillo y saco un par de pastillas de klonopin, me las meto en la boca y trago. Noto la mirada de Debbie así que me giro a mirarla.

—Estoy mala— miento—. Son antibióticos.

Ella asiente no muy convencida pero deja el tema. Ambas caminamos en silencio, la verdad es que no tengo muchas ganas de hablar y agradezco de Debbie no saque tema de conversación.





[...]

—Mirala tu— la pelirroja me entrega el test con los ojos cerrados.

He ayudado a Debbie a hacerse una prueba de embarazo, por lo que me ha contado ella y Derek se acostaron hace unos días. Ella le mintió sobre que tomaba las píldoras y ahora esta pendiente del test, aunque no tengo muy claro que prefiere que le salga.

Suelto un suspiro y miro el test. Veo cómo hay dos rallas rosas marcando que la prueba a dado positivo.

—Mierda— murmuro.

—¿Ha dado negativo?— pregunta girándose a mirarme.

—No Debs, ha dado positivo— la chica se acerca a mi rápidamente y me arrebata la prueba de las manos.

—Guay— la escucho murmurar.

Noto un mareo, me voy hacia atrás hasta chocar con la pared. Veo algo borroso y el pecho se me oprime dificultándomela respirar.

—Li, ¿estas bien?— escucho la voz de Debbie pero no soy capaz de responderle.

Mi respiración se corta haciéndome hiperventilar, no consigo enfocar la vista y eso solo hace que me agobie más.

¿Qué se supone que me esta pasando?

—¡Lia! ¡Lia!— la voz de Debbie se escucha distorsionada—. ¡Voy a por ayuda!

Escucho los pasos alejarse hasta que solo hay silencio, cierro los ojos queriendo que se pase.






¡LO SIENTO MUCHO! Prometí que tendrías maratón pero no he podido  escribir nada más que este capítulo. Os prometo que os lo subiré cuanto antes, haber si puedo tenerlo para el viernes que viene.

Dicho esto, ¿qué tal estáis? ¿como os ha ido la vuelta a clases?

Yo me he cambiado de instituto y pensaba que iba a ser mucho peor pero no ha estado tan mal.

Y pues nada eso, no tengo mucho más que contaros.

Un beso,

LU

soulmates|| carl gallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora