V E I N T I N U E V E

2.3K 137 4
                                    

Estás atrapada conmigo


Maia

—Mi madre se va a casar en seis meses —son las primeras palabras que dice Emily en cuanto nos sentamos en una de las mesas que se encuentran afuera de un Starbucks después de recibir nuestras respectivas bebidas.

Hemos decidido salir de la casa, principalmente porque Emily quería hablar de algo importante conmigo y yo también necesitaba hacerlo. Ambas deseábamos tener un poco de privacidad para poder conversar sin ser interrumpidas, aunque puede que mi verdadera razón para no negarme haya sido querer estar alejada de su padre y poner un continente de distancia.

Nuestra última conversación no terminó en los mejores términos.

Admito que eso se debió a la actitud que tuve cuando lo ví, simplemente no pudimos estar juntos en el mismo lugar sin discutir porque él quería, más bien, necesitaba saber la razón detrás de mi repentino cambio de actitud hacia el y yo me negaba a ceder más de lo que ya lo había hecho.

Me abstuve de responder a todas las preguntas que hizo, e incluso cuando mi corazón exigió saber todo al respecto, me quedé callada, entumecida ante nuestra realidad e invalidé cualquier sentimiento que pudiera haber sentido en ese momento.

Mi postura sigue igual que ayer, no deseo verlo, porque sé que él volverá a pedirme explicaciones que por el momento no quiero darle.

—¿En seis meses? —expreso con sorpresa, parpadeando en repetidas ocasiones para alejar los pensamientos que quiere evocar mi mente y que lo involucran a él.

—Se ha vuelto a enamorar, simplemente ha ocurrido.

—Pero eso es bueno, ¿no? —tanteo—. Lo que quiero decir es que si eso la hace feliz, no hay ningún problema.

La expresión de su rostro me dice lo contrario.

—Por Dios, mi madre se va a casar —se lleva las manos a la cara, casi sonando indignada y un tanto sorprendida—. ¡Va a casarse! ¿Puedes creerlo?

—Todavía es joven, creo que es normal que quiera rehacer su vida de nuevo —carraspeo la garganta, incómoda con el tema dada las circunstancias con su padre.

—Si...es joven —reflexiona con un suspiro deprimente—, entonces debe estar bien, ¿verdad? Se casaran y todo será normal.

La sonrisa nerviosa que se despliega en sus labios no alcanza a llegar a sus ojos. Sé que no está feliz con la situación, la conozco lo suficiente para saberlo, pero tampoco se muestra deprimida ante la noticia, es más, es como si ya estuviera resignada a la idea.

Un nudo se forma en mi garganta.

Pongo mi mano sobre la suya y le doy un ligero apretón, ella puede notar el nerviosismo que me embarga pero decide no darle importancia. Por mi parte, deseo reconfortarla y hacerle saber que estaré aquí para ella. Aunque estoy lejos de ser la mejor amiga que merece.

—¿Em, cómo te sientes en realidad? No tienes que fingir que todo está bien, conmigo no —le digo con cautela. Sé cuál es su postura al respecto y no quiero decir nada que pueda enfadarla, en este momento tiene que sentir mi apoyo.

Primero intenta sonreír para ignorar sus verdaderas emociones, pero después, se encoge de hombros mientras aparta la mirada, haciendo un gesto despectivo.

—No lo sé, siento que he recibido un golpe de realidad y no puedo deshacerme de esta sensación —susurra mientras tensa los labios, entiendo que le cueste hablar del tema. Siempre ha sido así, no le gusta hablar de los momentos tristes, lo poco que sabía acerca del matrimonio de sus padres era porque lo intuía—. Estoy feliz de que mi madre sea feliz pero no puedo evitar entristecerme.

Tormentoso Deseo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora