cucina dell'amore

Veintitreceava parte

Eran lo que se llamaría una pareja perfectamente funcional sin ser aburrida.

Ambos trabajaban en perfecta sincronía, cuidaban cachorros y el final del día lo dedicaban el uno al otro, podía ser una apasionada noche de sexo o una tranquila noche de mimos y películas.

Y ambos estaban más que encantados con eso.

Diario Harry se dedicaba regalar algo significativo a su pareja en nombre del cortejo, a pesar de todo, lo quisieron hacer de una forma tradicional.

El castaño estaba más que contento con esto, sus exs estaban en contra del cortejo o meramente no lo hacían, alegando que no era necesario.

El día de hoy el omega había recibido su mañana con una bella pulsera de oro blanco con dijes representativos de cada miembro de la familia y un enorme ramo de flores.

Había llorado muchísimo y eso que aún le quedaban 6 días de regalos restantes.

Ambos estaban locamente enamorados.

La forma en que se miraban era una prueba de esto, sus niños se perdían al ver a sus padres verse con tanto cariño.

Todos eran más felices, Louis hizo a esa familia mas feliz. 

Harry ahora descansaba aún mejor que antes, después de un largo día de trabajo en el que solo quería volver a casa con todas sus fuerzas; las recuperaba viendo a su familia junta.

A sus hijos jugar y cuidarse los unos con los otros mientras su madre les hacía de cenar.

El alfa se sentía en las nubes, no comprendía el sentimiento inexplicable que le nacía al ver a su familia, al estar con Louis.

Cada uno de sus problemas desaparecía y sentía como si todo fuera perfecto.

Estaba en constante felicidad gracias a él, estaba tan agradecido por tenerlo en su vida; Louis le había salvado por completo.

Y es que el joven era perfecto, amable, simpático, terriblemente inteligente y ni hablar de su cuerpo.

Harry estaba enamorado de todas las pequeñas cosas d Louis.

Y lo mejor, el sentimiento era mutuo.

3/8

Feliz Año Nuevo mis amores, gracias por acompañarme durante tanto tiempo.