Sexta parte

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El cambio que causó Louis en la familia styles era enorme, Harry dejo de despertarse a las 5;00 am solo para preparar el desayuno de sus niños, incluso el mismo desayunaba cualquier cosa que Louis estuviera dispuesto a hacerle.

Pero había un problema

Un diminuto e insignificante problema: Su alfa veía a Louis como su omega, e incluso el mismo se sorprendió fantaseando sobre esto en las últimas semanas. Estaba tan necesitado de un omega para follar.

Su imaginación más constante era la de Louis lleno de sus bebés, horneando la cena mientras esperaba por el, cuidando de sus cachorros y listo para tomar cualquier cosa que su alfa le quisiese dar.

Joder, se puso duro estando en el trabajo.

👨‍🍳.

Estaba en la barra de la cocina, observando a su fantasía llevarse a cabo.

Louis agachado (definitivamente le gustaba el culo pomposo del muchacho), sacando la cena del horno; envuelto por jeans ajustados, mientras era tan dulce y dócil con sus cachorros.

Cenaron con los niños haciendo comentarios sobre su día y sobre lo grandioso que era tener a Lou en casa, todos agradecieron al chef por su comida y dejaron sus platos en el lavavajillas.

Alysa y Adara lloraron al separarse de Louis, suplicando por que esté las fuera a acostar; recibiendo una negativa por parte de su padre, quien notaba el cansancio del joven.

Los niños estaban ya con sus pijamas, mientras se lavaban los dientes el bullicio no disminuyó, todos peleando unos con los otros sobre todo y sobre nada. 

Harry acosto a sus niños pacientemente, armado con un par de biberones para la habitación de sus princesas, quienes le esperaban impacientes en su cuna doble.

-Papi.

-dime, amor.

-Louis es mi chefsito, y lo amo, Quiero que sea mi mami, ¿está eso bien?,

Harry se congeló totalmente, sus hijos nunca habían llamado mamá a su ex, y nunca quisieron llamar a nadie mas mamá.

-No lo se, amor; depende de Louis, pero por mi esta bien. 

-¿No te puedes casar con mi chefsito?

-Esas son cosas de adultos, princesa

Y a pesar del puchero de las niñas, les obligo a dormir, contándoles un cuento sentado sobre la mecedora al lado de la cuna de sus niñas, quedándose el también dormido. 

Y si cierto chefsito escucho la conversación con sus niñas, nadie lo supo





Corto pero necesitaba meter la tensión entre este par

Que les pareció?

cucina dell'amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora