Muerto En Vida [Xavier Thorpe X oc]

¿24?

- ¿No podemos descansar un segundo? - se quejaba Ajax viendo como todos empezaban a entrar en pánico todo su trabajo al pelear con un ejército de muertos había desaparecido.

- Sí podemos - contestó Teo llamando la atención de todos - tu bisabuela y el anciano dijeron que para cerrar el portal el alma hay que entregar.

- Que lista es mi Chayito - Suspiro el bisabuelo recordando a su bello amor.

Un destello de donde Míriam había visto las grietas iluminó a los presentes ya no sólo los muertos y Míriam podían ver lo.

- Y es verdad, mi querido Tadeo - una voz salió de aquel destello - Solo un alma podrá cerrar este error.

Míriam sonrió reconociendo aquella voz era la deidad que había conocido hace unos momentos.

- Mi señora halaga mi gran cerebro sólido - Teo inflaba su pecho con superioridad.

- No entiendo, me pierdo - Kent tomaba su cabeza - ¿Quién es?.

- Es Mictecacíhuatl la señora de la Tierra de los muertos - el nahual informó haciendo una reverencia al igual que los demás fantasmas junto con Míriam.

- ¿Qué alma me entregaras hija mía? - Preguntó la deidad - Debe de ser un alma que nunca a cruzado el inframundo.

Ambos se miraron sabían la respuesta tan pronto como terminó la oración, pero ella se opuso.

Míriam negó rotundamente no estaba lista para que él la dejara, no podía, no quería.

Al parecer todos lograron leer a ambos sintiendo de alguna forma los sentimientos de la chica.

- La mía, mi señora - Teo dio un paso al frente.

Míriam le volvió a negar ya con las lágrimas en los ojos fue su primer amigo, su mejor amigo, su hermano su otra mitad no iba a soltarlo así de fácil, pero era egoísta lo que pensaba, Teo tenía que irse no podía estar ahí en la tierra vagando, no era justo para él.

- No me dejes - Lloraba abrazando al chico.

Siempre había visto a la muerte a los ojos, había visto partir a mucha gente, pero no esperaba una pérdida así ni siquiera le a dejado meditarlo, pero la muerte es así hoy estamos y mañana puede que no.

- Si así el lo desea, no hay forma de negarselo, hija mía - la voz de la deidad trataba de hacerla entender - Nadie tiene la oportunidad de decidir si puede marcharse, Teo la tiene y si así es su decisión, ¿Vas a oponerte?.

- No, mi señora - Contestó aún sin soltar al chico - No voy a obligarlo.

- En ese caso, todos tienen que cruzar - La luz se hizo más brillante y así como llegaron uno a uno de los ancestros de Míriam se fue.

- Cuida de mi niña - dijo el padre de Míriam a Xavier y este asintió.

- No espero verte pronto mi pequeño sol de solsticio - Dijo su bisabuelo para después desaparecer.

Míriam no soltaba a Teo y el tampoco quería soltarle, su única amiga en todo el tiempo la había visto crecer, caer, llorar, enamorarse y sus emociones siempre fueron compartidas con Teo.

- Siempre me hiciste sentir vivo, me diste una muerte muy divertida - Beso su frente - Deja de llorar chillona, mejor ve con tu novio que parece que morira en cualquier momento y no me iré solo.

Ambos se soltaron, él camino hacia la luz despidiéndose con la mano de todos.

- ¡Ya dile que sea tu novia, no seas coyon! - Grito.