𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓

1.2K 127 11
                                    

CAPÍTULO 5
"SECRETOS QUE DEBEN REVELARSE"

🏹🐺🏹

La práctica pasó, los chicos y yo hicimos equipos pasando la tarde entrenando.

En cuanto los chicos, Scott, Stiles, Isaac eran buenos. Cuando se trataba de mi hermano sabía que era bueno y daba todo de él, era alguien aplicado y más de cuando deportes se hablaba.

—Todos jugaron muy bien, chicos. Estuvimos increíbles —comentó Isaac cuando ya estábamos de salida caminando todos juntos—. Y ustedes dos son excelentes, chicos.

Su mirada sobre Alec y sobre mí nos hizo sonreír.

—Gracias, Isaac —agradeció Alec— Tú también juegas muy bien.

—Gracias —dije—, se nota que llevan tiempo en esto.

—Ni lo digas —agregó Scott sonriente—. Me tomó tiempo ser el capitán del equipo.

Tanto Isaac como Stiles rieron como recordando lo que mencionaba el chico.

—Bien, nos vemos luego —dijo Alec para verme e ir hacia casa.

—Esperen —dijo Stiles para hablar aunque Scott fue más rápido.

—Tenemos que decirles algo, pero mejor esperamos a consultarlo con las chicas —dijo para tocar el hombro de su amigo como diciéndole que aún no era el momento—, nosotros los llamamos.

Alec y yo compartimos una mirada extrañada, pero aún así asentimos y nos despedimos de los tres chicos e ir a nuestra nueva casa, sin cuestionar.

—¿Qué harás?

Me preguntó Alec una vez llegamos a casa mientras yo iba detrás suyo.

—Creo que leeré. Ya sabes que aún no termino el libro que estaba leyendo en Boston.

Mi hermano conocía perfectamente mi gusto y pasión por los libros. Precisamente, la obra que estaba leyendo había sido un regalo suyo.

—Lectora empedernida siempre, ¿eh?

Sonreí levantando mis hombros y entonces vimos a papá atravesar la puerta

—Hola, papá —habló Alec sonriendo un poco.

—Hola, papá —me uní al saludo con otra sonrisa, una más amplia.

Parecía algo sorprendido por vernos allí, no nos esperaba.

—Eh... Hola hijos —dijo rápidamente para poner una sonrisa en su rostro mientras se acercaba para abrazarnos.

—¿Cómo estás? —pregunté— ¿Saliste temprano del trabajo?

—Oh no, cariño —replicó— vengo por unos documentos que necesito y regreso. No pensé que llegaban tan rápido del entrenamiento.

—Nos llevó como dos horas, papá —recalcó bromista Alec.

Papá negó riendo.

—Cierto —su mirada fue a las escaleras— Bien, iré a buscarlos. Ya los veo.

Alec asintió para ir hacia el sillón y sacar su teléfono. Por otro lado, yo fui a la cocina por un vaso con agua, la práctica había sido intensa, aunque debía aceptar que me gustaba cada vez más la idea de pertenecer al equipo junto a Alec y los chicos.

𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora