𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟒

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CAPÍTULO 14
"EL PASADO AHORA ES CLARO"

🏹🐺🏹

—Bien, estoy empacando en el segundo piso, ¿vienen?

Asentí con rapidez a la pregunta de Malia luego de apartar la mirada de Derek.

—Yo voy en un momento, iré por Cora —mencionó antes de desaparecer por la puerta.

—Ok —la castaña me miró con una sonrisa— ahora somos tú y yo.

Sonreí junto a ella para seguirla segundos después por las escaleras, llegamos a un pasillo amplio donde algunas cajas esperaban por ser usadas. Peter Hale apareció un instante luego.

—¡Oh! Hola, Amelia —el hombre se acercó notando mi presencia, algo de polvo reposaba en su cabello. La mudanza ya se daba lugar.

—Hola, señor Hale.

—Dime Peter, por favor —sonrió gentil ofreciéndome su mano, la cual estreché— ¿Vienes a ayudar? —indagó algo gracioso, lo más probable era que sabía que también venía a charlar con su hija.

—Algo así —respondí sonriente.

—Bueno entonces pongámonos manos a la obra —Malia tomó mi mochila y dejándola en su habitación, regresó con su padre y conmigo para iniciar—. Estamos listos.

—De acuerdo chicas, pueden iniciar con esas cosas de allí —señaló el hombre entonces una vitrina antigua con algunas decoraciones de lobos dentro.

Malia y yo acatamos la indicación y caminamos hasta el lugar para empezar.

—¿Y bien? —preguntó curiosa Malia mientras sonreía algo— ¿Qué tal la cena?

Abrí la vitrina para iniciar y tomando las dos primeras decoraciones, hablé.

—Veamos... —dije dejando las figuras en la caja que sostenía Malia— la cena fue en la casa de los Argent.

Una mueca en Malia se dibujó.

—¿En casa de los Argent? ¿Los invitaron como bienvenida o algo así?

—No exactamente —dije escondiendo la sonrisa que estaba formando en mi boca— al llegar, Allison y su familia nos recibieron. Ella no tenía idea de que iríamos, pero su padre y su tía si.

—Ujum —la chica hizo un sonido sin abrir su boca dando a conocer su atención.

—Luego cenamos normalmente, todo iba bien, hablábamos de temas casuales con ellos cuando...

—¿Cuando qué?

De nuevo tuve que resistir sonreír, sabía que Malia estaba muriendo de curiosidad por saber qué había sucedido. La había provocado con el tema durante el día, intencionalmente.

¿Que podía decir? Me gustaba molestar a mi amiga.

—Cuando papá empezó a hablarnos a Alec y a mi, contándonos la verdad...

—¿¡La verdad!?

—Empezó por decirnos que ni mi hermano, ni mi madre, ni él ni yo eramos Jones —cada vez quedaban menos porcelanas en la vitrina. Peter al inicio del pasillo también empacaba algunas cosas mientras charlábamos.

—Aja...

—Y... —dejé las últimas figuras en la caja para ver a Malia directamente— resulta que somos Argent.

La caja que sostenía Malia casi cae cuando reaccionó a mis palabras.

—¿¡QUÉ!?

Peter se giró al tiempo que Malia habló casi que gritando, sus expresiones eran distintas.

𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora