𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟎

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CAPÍTULO 10
"FELIZ CUMPLEAÑOS"

🏹🐺🏹

Los días habían pasado y mi cumpleaños finalmente había llegado.

Dieciocho años sobre esta tierra y los mismos dieciocho compartiendo con el pelinegro que abrió mi puerta despertandome.

—¡Buenos días, cumpleañera! —Alec con una bandeja caminó hasta mí recostada en la cama, mientras mis ojos se adecuaban a la luz de la mañana.

—No sé si odiarte por despertarme tan temprano o amarte por ser un gran hermano —solté sentándome mientras tocaba mi rostro.

—Amarme porque, como acabas de decirlo, soy el mejor hermano —su sonrisa dibujándose estaba a juego con la cara hecha por frutas sobre el panqueque frente a mí.

Observé el panqueque en el plato junto al jugo natural al lado. Definitivamente tenía un buen hermano.

Sonreí entonces.

—Feliz cumpleaños, cerezita.

Nuestras sonrisas conectaron para después acercarme y abrazarlo.

—Gracias.

—Es sólo lo que mereces —aseguró—, cuando termines de desayunar encontrarás a papá y mamá como locos decorando aún —dijo para levantarse y guiñarme un ojo— ya sabes cómo es.

Reí imaginando la escena.

—¿Cuánto falta para la escuela?

Su mirada viajó hasta el reloj en su muñeca.

—Cuarenta minutos.

Asentí. Tenía el tiempo suficiente para estar lista.

—Te dejo. Debes prepararte, tienes un gran día hoy.

La sonrisa en mi hermano siempre había sido cálida para mí, y hoy no era la excepción.

Segundos después cerró la puerta de mi habitación y tras comer el panqueque que apenas sería el abrebocas a lo que mis padres seguramente habrían preparado, dejé la cama para bañarme, vestirme y prepararme para la escuela.

Al abrir mi armario para sacar una chaqueta para la escuela, encontré una nota junto a una nueva prenda.

"Te conozco cerezita, y esta chaqueta de cuero te encantará.

El mejor hermano. Alec".

Sonreí negando con mi cabeza cuando vi la chaqueta frente a mí.

Tenía razón ese pelinegro engreído, me conocía.

—¿Seguro, Patrick?

—Oli, todo está perfecto.

Las voces de mamá y papá fueron audibles para mis oídos minutos después una vez bajaba por las escaleras, caminé hacia la cocina encontrándome con ellos y Alec.

—¡Hija! ¡Feliz Cumpleaños!

Los tres sonreían mientras dos globos, formando el número 18 decoraban la pared.

—Vaya... —una sonrisa en mi rostro se formó mientras todos venían a darme un abrazo.

—Feliz cumpleaños, hija —dijo mamá abrazándome fuerte mientras dejaba muchos besos en mi mejilla.

—Gracias, mamá —reí divertida al sentirla.

—Feliz cumpleaños, cerezita —dijo Alec una vez más con una sonrisa grande. Sus brazos me rodearon dejándome entre su calor.

𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora