𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟏

CAPÍTULO 21
"UN CORAZÓN ACELERADO"

🏹🐺🏹

Papá había llegado aquella noche muy feliz. Antes de irnos a dormí nos dijo que su encuentro con Peter había salido de maravillas, seguían teniendo la misma dinámica del pasado, seguían contándose los mismos malos chistes e incluso mantenían sus gustos.

—Me alegra que te haya ido así de bien con Peter, papá —mencionó Alec mientras le sonreía—. Te entiendo porque en realidad... —hizo una pausa para pensar lo próximo a decir y parecía haberlo reafirmado internamente— creo que Isaac es mi Peter.

En Boston, Alec tenía amigos pero siempre pensé que eran solo personas que les gustaban pasar el rato juntos, nunca vi que él les confiara algún secreto o fuera más allá de las salidas. Pero con Isaac era distinto, ya lo había visto salir con el más de cinco veces en la semana y veía cómo reían en los pasillos o en las prácticas mientras charlaban de absolutamente todo.

Yo había encontrado a Malia. Él había encontrado a Isaac.

—Me alegro por ambos —les dije con una sonrisa en el rostro acercándome—. Me alegra que tengan personas en quien confiar. Los amo.

El pelinegro y el pelirrojo sonrieron viéndose entre sí para luego observarme.

—Nosotros a ti, cerezita sentimental.

Rodé mis ojos mientras ellos reían y me daban un abrazo.

—A dormir, familia —mencionó mamá al salir de la cocina. Todos la seguimos al subir las escaleras.

—Papá sabemos de tu amistad con Peter —inició Alec— pero, ¿cómo se conocieron?

El brillo de curiosidad inundó tanto mis ojos como los de mi hermano.

—Esa es una historia para después, hijos míos —explicó papá.

—Cuéntanos por favor —pedí colocando una mirada tierna—. Por favor.

—Hazlo, papá —agregó pidiendo Alec.

El hombre observó a su esposa y luego regresó a nosotros.

—¿En serio quieren saber?

Ambos asentimos con ánimo y a la expectativa.

—Entonces entren a una habitación para que no pasen frío —advirtió mamá alzando luego sus manos— yo iré a dormir. Esa historia la conozco, de hecho, la viví.

Dando una sonrisa y guiñando hacia nosotros se despidió para entrar a su habitación, dejándonos en el pasillo.

—Están invitados a mi habitación, caballeros —dije con un tono divertido y entonces entramos para escuchar a papá.

—De acuerdo —papá estaba sentado al final de mi cama y Alec se había hecho junto a mi luego de tomar una manta— ¿Por dónde empiezo...?

La puerta estaba cerrada dándonos un espacio más íntimo en el cual mi hermano y yo esperábamos ansiosos por saber más del pasado de papá.

—Peter era un chico conocido en la escuela, no era de los más populares pero solo porque él así lo quería —empezó a recordar—. Cuando lo conocí realmente no le agradaba —una sonrisa se dibujó en su boca como si reviviera ese momento.

AÑOS ATRÁS

—Bien hecho, Argent.

—Gracias —el joven pelirrojo agradeció a su compañero que lo había felicitado tras el entrenamiento. Pasó un rato en los cambiadores cuando un pelinegro entró.