𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟗

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CAPÍTULO 9
"FECHAS CERCANAS"

🏹🐺🏹

Los padres de la escuela habían entrado y cada uno estaba esperando para ser atendido por algún maestro, mientras nosotros Alec, Allison y yo estábamos llegando al lugar donde habíamos acordado encontrar al resto del grupo.

—Allí están —avisó Allison viendo venir a los demás.

—Bien, ya estamos todos —mencionó Scott una vez juntos— ¿Vamos a una cafetería que hay cerca de aquí?

La mirada del alfa fue hasta Stiles y hasta mí, ambos sonreímos sabiendo que ya habíamos visitado el lugar.

Todo el grupo asintió y entonces tomamos el rumbo hacia la cafetería, cada uno con sus mochilas ya que no habíamos tenido tiempo de ir a casa y dejar nuestras cosas.

Tras un rato caminando, finalmente llegamos al cálido lugar.

—Bien, piensen que van a ordenar —dijo Scott para hablar con el hombre encargado.

Las mesas del lugar eran grandes, así que solo fue cuestión de encontrar un espacio para todos.

Lydia y Allison se sentaron juntas, a su lado estaban Stiles y Scott. Frente a Lydia estaba yo, a mi lado Malia y mi hermano con Isaac terminaban de llenar el sitio.

—Buenas noches, jóvenes —nos saludó amablemente un hombre— ¿Qué piensan ordenar?

—Una malteada de fresa —dijo Lydia.

—Una de vainilla —sonrió Allison.

—¿Chicas? —preguntó Lydia observándonos a Malia y a mí.

—Una de chocolate, gracias —respondí.

—Otra igual —sonrió.

—¿Ustedes chicos? —ese fue Scott.

—Yo quiero solo una dona, gracias —pidió Stiles.

—Yo igual.

—Yo igual.

—Yo igual —respondió Scott sonriente al escuchar a todos los chicos decir lo mismo— cuatro donas, por favor.

El hombre asintió y se retiró dejándonos solos.

—¿Y bien? ¿Vieron a sus padres?

La pregunta de Scott era general.

—Mi madre estaba hablando con unas amigas suyas —empezó Lydia.

—Mi madre estaba hablando con el señor Stilinski —agrego Scott.

—Yo hablé con mi padre minutos antes de verlos, estaba hablando por teléfono con Cora —dijo Malia.

—Mi padre conoció a los padres de Alec y Amelia —sonrió Allison viéndonos.

—En mi caso, como ya saben, no tienen a quien informar —mencionó Isaac con un tono algo afligido, al igual que su rostro.

Las chicas me habían comentado algo de que el padre de Isaac había muerto hace un tiempo y de su madre no se sabía nada. Realmente me compadecía del chico, se podía ver con facilidad que era bueno y no merecía pasar por esa soledad.

—De todos modos estoy segura que solo hay buenas calificaciones en tu reporte —comenté con una pequeña sonrisa a medias tratando de animar el ambiente, y sobretodo a Isaac.

El rubio me observó, devolviendo el gesto a modo de agradecimiento.

—Aquí están sus donas —regresó el hombre de la cafetería con una bandeja— y una malteada de fresa.

𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora