𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟎

CAPÍTULO 20
"UN PASO MÁS"

🏹🐺🏹

—¿¡Y!? ¡Qué más te dijo?

Luego de haber llegado con Alec a la casa de los Hale, Malia y yo estábamos conversando mientras Derek, Cora y mi hermano estaban en el primer nivel de la casa.

Ahora estaba contándome que Isaac le había insinuado hace un par de días la posibilidad de salir juntos.

—Calma, ya voy a lo demás —replicó Malia hacia mí—. Luego de que nos cruzáramos tras la practica de Lacrosse charlamos un poco y me invitó a tomar una malteada.

—¿Ese mismo día?

—No. Lo mencionó como si fuera para después... en una cita. O eso creo.

—Oh cielos —sonreí, agradandome la idea de ver qué podría pasar entre mi mejor amiga y el mejor amigo de mi hermano— ¿Y qué le dijiste?

—Que le enviaría un mensaje para confirmar.

—¡Malia Hale!

—¿Qué? —preguntó— Sabes que soy terrible aceptando cosas, y una cita con Isaac no es la excepción. Aunque estoy segura que esto es un malentendido, Isaac siempre ha sido bien amigo y seguramente me quería invitar algo solo por ello.

La observé sin poder darle la razón.

—De acuerdo, luego te abro los ojos. ¿Qué piensas de él? ¿Te gusta Isaac?

La chica pensó un rato la pregunta antes de responderla, no sabía muy bien a ciencia cierta si estaba preparada para algo pero Isaac si le llamaba la atención desde hacía un tiempo.

—Puede ser... —dijo viéndome—. Pero no creo que Isaac me vea así. No no.

No podía creerlo. Mi mejor amiga era una chica inteligente, había sobrevivido al desierto hace años además de las diferentes y extremas aventuras que pasaron ella y la manada, pero aún así, Malia no podía ver que hace un tiempo tenía sentimientos por Isaac.

Y estaba casi que segura que él también.

🏹🐺🏹

—Hola, Amelia.

Ya habían pasado algunos minutos desde mi charla de amigas con Malia, ahora estábamos todos juntos en el primer nivel jugando un juego de mesa cuando Peter apareció.

—Hola, señor Hale.

—Dime Peter. Recuerda —mencionó con una sonrisa gentil—. Hola, Alec.

—Señor Hale —asintió mi padre para luego recordar lo que había dicho—... Peter.

—¿Qué hacen? —preguntó dentándose a mi lado.

—Jugando parqués, pero parece que mi hermano es terrible en ello.

—¡No sabía que debía mover todas las fichas!

Todos reímos y las atención regresó al tablero.

—Amelia...

Giré hacia el hombre.

—¿Podemos hablar un momento?

Regresé a ver la mesa y los chicos parecían estar entretenidos.

—Claro —asentí para dejar el lugar con él—. Ya regreso.