𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟑 (𝐓𝟐)

CAPÍTULO 33
"BALA MÁGICA"

🏹🐺🏹

Estaba inconsciente hasta que un dolor similar al de mi brazo me despertó.

—¡Agh! —al abrir los ojos la sangre ya no salía de mi brazo sino también de mi pierna. Los malditos de Luke y Eva me habían disparado por segunda vez.

Además, estaba atada a un árbol

—Verás pelirroja —habló el rubio—, no sabemos si tu manadita llegó a explicártelo pero si no, lo haremos nosotros. Las balas que te atravesaron fueron de wolfsbane, lo que significa que sino nos das las respuestas que queremos rápido te desangrarás en un par de minutos y morirás sin experimentar tu vida de mujer lobo.

—Es por eso que vamos a hacer esto fácil y rápido —se le unió Eva—. Queremos solo un par de cosas. Primero, saber quién es tu alfa, si es McCall se está convirtiendo en uno muy poderoso ya que formar una manada otorga eso.

Respiraba con dificultad tratando de no centrarme en el dolor de mi cuerpo.

—Habla.

Un tosco movimiento de su mano levantó mi rostro, que se ponía pálido rápidamente.

—No lo sé.

—Debes mentir mejor, Argent.

—Que no lo sé —repliqué entre dientes sintiendo las gotas sudor bajar por mi frente.

Al molestarse, la rubia se levantó para exhalar.

—Verás Amelia, durante este tiempo podrás haberte dado cuenta que tengo muy poca paciencia —llegando con su hermano, tomó un arco—. Y la que tengo se me está acabando contigo, así que —elevando su arma apuntó en mi dirección—, me dices quién es tu alfa o tu querida familia tendrán que ponerte junto a tu adorado padre.

La mención de papá me hizo hervir la sangre. Todo el control que tenía se fue por la borda cuando mis ojos azules aparecieron, los hermanos se sorprendieron evidentemente antes de cruzar miradas. Pero aunque tenía garras y colmillos, no eran suficiente en el estado en que estaba.

Cerré mis ojos y pude escuchar con claridad cómo la flecha viajaba cortando la brisa. Una vez llegó, abrí mis ojos y pude verla justo arriba de mi cabeza. Los hermanos me dieron una última mirada pero sin decir algo, y así, tomaron sus cosas para desaparecer.

Al estar sola, pude sentir cómo mi cuerpo dejaba ir las últimas fuerzas con las que me resistí contra los Walker. Sintiendo el dolor en mis muñecas por la soga que me mantenía atada y la sangre dejando mi cuerpo exhalé una última vez para cerrar mis ojos y dejar de pelear.

🏹🐺🏹

—¡AMELIA!

No tenía una idea de cuánto había pasado desde que caí inconsciente, pero mi nombre siendo gritado por alguien se escuchaba tan lejos que apenas lo reconocía.

—¡AMELIA! —un par de manos me desataron mientras mi cuerpo se desvaneció al no tener apoyo.

La persona que me veía en el suelo del bosque junto a las hojas y la sangre que había perdido estaba en medio del miedo, el terror de verme nuevamente entre la vida y la muerte era algo imposible de llevar.

Como pude abrí mis ojos antes de volver a desmayarme, el rostro asustado de Derek me observaba. Su mano sosteniendo la mía estaba llena de sangre, mi sangre.

—No te rindas por favor —pidió antes de tomar mi cuerpo y levantarme de allí en sus brazos—. No me dejes.

—Los Walker... fueron ellos.