11

1.6K 187 8
                                    

-Salida-
(Parte 1)


.

.

.

.

‧͙⁺˚*・༓☾ ☽༓・*˚⁺‧͙

Si le pudieran leer la mente en estos instantes, estarían sorprendidos de sus pensamientos que se imagina en mil maneras de hacer desaparecer cierta normie.

Al ser un nuevo día todos decidieron ir a la ciudad más cercana del lugar que se encuentran, para ir ahora en el auto el espacio era reducido pero nada que se pueda dar una solución. Bianca esta vez casi pide llevar a merlina, pero rápidamente recibe un gruñido de enid, que ella va a llevar a Addams. Y al final Bianca tuvo que llevar a la normie en sus piernas, fue un infierno en sí porqué no quería tener el más mínimo contacto con Tylor.

El viaje fue silencioso, al igual que al llegar al parque de diversiones. Decidieron pasar un buen rato.

-¿A que juego entramos primero?- Xavier Junta sus dos manos con una sonrisa cálida, y con sus ojos iluminados. Esta listo para lo que sea.

-¿Que les parece la casa del terror?- Propone la sirena cruzándose de brazos dando una mirada retadora quien se atrave. Aunque sabe que es un juego de normies, capaz ni de ni miedo.

-Me parece perfecto- Apoya Yoko. Los demás asienten también estando de acuerdo, excepto merlina a ella ese juego ni le toca los pelos.

Se dirigen a la casa del terror, entregan sus boletos al hombre que esta fuera del juego recibiendo los boletos de estos.

-Pueden entrar- Abre la puerta.

Los chicos de dieron unas miradas entre todos antes de entrar, detrás de la puerta solo hay oscuridad. Al entrar cada uno, el sonido de la puerta cerrandose es lo único que resuena en el silencio que formaron cada uno al ver solo oscuridad.

-Quien grite primero será mi muñeco de pruebas- Addams sonríe de forma tétrica asustando a sus amigos. Ninguno quiere ser un muñeco de pruebas de addams saben a que va.

-Esto ni da miedo- Xavier muy confiado empieza a caminar el primero. Luego los demás lo siguen.

Sin darse cuenta formaron equipos incosientemente, los que iban adelante eran Xavier, Yoko y Bianca, los que estaban atrás eran Ajax y Taylor y por último enid con merlina.

El único ruido eran de gritos llenos de dolor, es parte del juego para ambientar el lugar acorde a su temática. Enid intenta como todos contener sus gritos cada vez que en el camino se les aparece cadáveres llenos de sangre, con algún cuchillo o hacha clavados en sus cuerpos. Son falsos, esto le molesta a Addams que no tengan cuerpos reales para colocar en este juego, sería más entretenido.

Las dos caminan lado a lado, sienten como sus manos rozan cada paso que dan, y sus extremidades se mueven por el movimiento de su caminar. Merlina siente eso, así que mira de reojo a Enid como iba con una cara asustadiza y temblaba por el miedo del lugar.

Suelta un bufido deteniéndose.

-¿Mer?- La rubia voltea un lado su cabeza para llevar su mirada a Addams.

-Tomemos un tiempo para descansar- Se cruza de brazos con frialdad. Y mira como el grupo sigue avanzando, no se han dado cuenta que ellas dejaron de seguirlos.

-¿Por qué?- Se podía notar la confusión de Enid. La morena se acerca a ella para quedar enfrente de la más alta sin quitar las posiciones de sus brazos.

-Tienes miedo, y no creo que tu pobre corazón lo soporte, aunque no estaría mal observar como explote ese órgano tuyo- Sonríe macabramente. Por la oscuridad que hay, Enid no pudo apreciar la sonrisa esta aunque sea tétrica.

-¡Oye!- Infla sus mejillas en forma de molestia.

Enid dejó de ignorar a Addams sin darse cuenta, y esto no pasó por alto por la más baja. ¿Si no por qué estaría con ella aquí?.

De nuevo el silencio cayó en ellas dos, a pesar de la oscuridad las dos sentían que se estaban mirando entre sí. Addams le da la espalda a Enid, no pudo aguantar esa sensación no sabía si Enid la estaba mirando o no, o solo lo imagino. Su mente le estaba jugando una mala jugada.

Por parte de Enid se relajó que merlina no la este tratando mal por marcarla, se llenó de pensamientos de que Addams la odiaba y no quería hablarle, por eso la estaba evitando a toda costa por más que le doliera y su loba le estaba exigiendo que deje de actuar de una manera tan patética, y que se acerque a la más baja.

La rubia comienza a olfatear el aire para llenar sus cosas nasales del olor exquisitos que desprende la peli negra, un olor a Romero con libros viejos. Un olor que no se cansaría de disfrutar. Reconoce que le encanta ese olor, y que le gustaría oler por toda la vida.

.

.

.

.

●○●○●○●○

Dime como hago(Wenclair). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora