CAPÍTULO 7
Eran las 7 Pm, el sol se había ido y la luna comenzaba a alumbrar las calles de Nueva Orleans. El clima era cálido y húmedo, había esperado hasta ese momento para salir a correr y que el calor del verano no me sofocara. Estaba lista, estiré un poco mi cuerpo mientras Chaly me esperaba. Él y yo teníamos toda una historia, Jack lo había traído a casa cuando apenas era un cachorro. Al principio lo rechacé, no quería tener una mascota y mucho menos un Golden Retriever, porque sabía que eran desastrosos y el tiempo de vida de un perro es corto y me parecía una tortura amarlo para despedirme de él unos años más tarde. Pero al final, se ganó mi corazón y se convirtió en mi compañero fiel, los dos sufrimos igual cuando Jack se fue y desde ahí nos convertimos en mejores amigos.
Comencé a trotar mientras escuchaba los éxitos de Imagine Dragons en mis audífonos. Una de las cosas buenas que me dejó vivir con un militar, fue que me volví muy cuidadosa. Siempre estaba alerta de las personas y cosas que estaban a mi alrededor y el de Charly, estaba atenta a cualquier sonido, olor, movimiento, etc. Parecía que había desarrollado de manera exagerada todos mis sentidos, esto me haría reaccionar en caso de cualquier peligro.
Charly trotaba a un lado mío, iba a la mitad de mi canción favorita cuando un sonido lejano me llamó la atención, parecía el grito de una mujer. El sonido venía de lejos, al principio pensé que se trataba de algún instrumento de la canción, pero Charly se detuvo y paró las orejas alerta. Entonces, me detuve y lo miré a los ojos, cualquiera podría llamarme loca por tener ese tipo de comunicación con un perro, pero lo conocía bien y sabía que si los dos lo escuchábamos, era real. Me detuve y apagué la música para escuchar con claridad. La calle estaba completamente sola, no se veía nadie al rededor que pudiera necesitar ayuda.
LISSA- Vamos, Charly. ¿Tú también lo escuchaste, verdad?
Seguimos caminando, cuando escuchamos una vez más el llanto de una mujer. Los dos nos miramos y comenzamos a caminar en dirección al sonido, parecía que venía de nuestro lado izquierdo. Caminamos rápidamente hasta la equina, buscando, doblamos a la izquierda y a lo lejos vimos a una mujer alta, delgada, pelirroja, con el cabello hasta la cintura. Enfoqué los ojos para tratar de confirmar mi sospecha.
LISSA- ¿Sam?
Entonces comencé a gritarle, mientras caminada hacia ella.
LISSA- ¿Sam? ¡¿Sam, eres tú?!
La chica comenzó a caminar rápidamente sin voltear a mirarme. Yo también caminé más rápido para alcanzarla, y Charly detrás de mí. La chica, que era idéntica a Sam, lloraba y se llevaba las manos a la cara. Entonces, decidí correr para alcanzarla y ver qué pasaba, si necesitaba ayuda. Cuando estaba a dos metros de ella, se detuvo.
LISSA- ¿Sam? ¿Qué tienes? ¿Qué está pasando?
Ella no contestó nada, Jack, quien estaba igual de consternado que yo, se acercó a ella, la olió y se sentó cómodamente a su lado, dejando escapar pequeños maullidos de preocupación. Entonces supe que era Sam, Jack la conocía perfecto y la quería mucho.
Entonces, me acerqué más, la tomé del hombro y cuando estaba a punto de voltear... Todo se desvaneció y sentí que me faltaba el oxígeno. Abrí la boca para jalar todo el aire posible y me desperté. Una vez más estaba soñando.
Esos sueños recurrentes me tenían un poco harta, no les encontraba el sentido. Parecía que toda mi juventud estaba volviendo a mí y eso me angustiaba. Sam y yo llevábamos un año sin hablar y la verdad no tenía muchas ganas de hacerlo. Me levanté, tomé una ducha y me propuse olvidar ese sueño tan absurdo, sin embargo, no pude. Todo el día estuve pensando en él.
LISSA- ¡Solo fue un sueño!
LISSA- Sí, pero tú conoces bien a Sam. Si la soñaste, probablemente esté en problemas.
Me lo repetía una y otra vez, porque ella y yo siempre tuvimos una comunicación especial, y siempre que necesitaba ayuda la pensaba, la soñaba o simplemente la sentía. Esto me hizo recordar la primera vez que tuvimos esa conexión.
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Faltaba un día para Año Nuevo, todavía lo recuerdo como si fuera ayer, iba a ser el comienzo del año 2007.
Los chicos de porras y futbol americano, tenían como tradición ir a un parque de diversiones un día antes de que terminara el año y no les quedó de otra más que invitarnos a Sam y a mí, después de todo ya éramos parte del equipo y parecía que algunas chicas ya comenzaban a aceptarnos.
El asunto de la flor lo tenía un poco olvidado, estaba segura de que se trataba de una broma y no iba a caer en ese juego.
Sam y yo fuimos juntas al parque de diversiones, la dinámica era la siguiente: Nos reuníamos todos en el centro del parque, escogíamos dos juegos y nos dividíamos en grupos para subirnos juntos, después nos reuníamos otra vez en el centro y escogíamos otros dos y así sucesivamente.
Cuando llegamos por primera vez al centro, me encontré a Jack quien estaba solo por primera vez en muchos días, pues Nataly no lo dejaba solo para nada.
JACK- ¡Qué bueno que viniste! Pensé que no te gustaban este tipo de cosas.
LISSA- Claro que me gustan, el plan suena divertido.
JACK- Sí, lo es, pero debes de tener cuidado.
Lo miré extrañada.
JACK- Hay una tradición muy tonta: cuando se va el sol, después las 7 pm, las parejas se van al final del parque, en donde hay muchas pequeñas cabinas de metal, dicen que originalmente iban a construir baños, pero todo se quedó a medias y parecen un conjunto de latas de metal. Al finalizar del día, las parejitas se van a ese lugar a... hacer lo que quieran hacer. Tú me entiendes.
LISSA- Qué tontería. Jamás me metería a una lata de esas y menos con los idiotas de tu equipo.
JACK- Claro, además tú tienes novio.
Me quedé callada, no pude inventar una respuesta.
JACK- Y se ve que es decente, el otro día vi que te mandó una flor. ¿Segura que no es nadie del equipo?
No entendía tanta curiosidad.
LISSA- No, no es nadie del equipo.
JACK- Bueno, ten cuidado Lissa.
Los demás llegaron, incluyendo a Nataly, quien lo tomó del brazo marcando su territorio. Comenzamos a subirnos a los juegos, Sam y yo quedamos en que nos subiríamos a los mismos. Le había explicado lo de las latas y las dos acordamos en que estos chicos estaban locos, su diversión incluía cosas arriesgadas y el intercambio de salivas, lo cual me mataba de asco.
El día transcurrió de manera perfecta, nos subimos a muchos juegos y estábamos teniendo mucha diversión, parecía que todos éramos amigos y no había esa competencia tan sucia que teníamos en la escuela. Nos subimos a las sillas voladoras, canastas giratorias, juegos de agua y cualquier cantidad de montañas rusas. Ya eran las 6 de la tarde, el sol estaba bajando para irse y era momento de subirnos a la montaña rusa más "peligrosa" del parque, era la más alta y, por lo tanto, todo el mundo le tenía miedo, pero también, la gente se quería subir en ese horario porque decían que podías ver el atardecer por unos segundos y que era todo un espectáculo.
Sam y yo nos formamos con los demás para subirnos, éramos 13 de la escuela los que estábamos en la fila y no pude evitar notar que Jack estaba solo, por alguna razón Nataly no estaba. De pronto, Sam miraba para todos lados y se notaba nerviosa.
SAM- Yo creo que mejor no me subo.
LISSA- ¿Cómo?
SAM- Sí, ya me arrepentí.
LISSA- Pero, Sam... Está bien, no te obligaré.
Sam salió de la fila y se alejó hasta un punto en que ya no la pude ver. Y cuando estaba muy concentrada, pensando en esa actitud extraña, se pareció Blake. Blake, era uno de los chicos más populares de la escuela, tanto que para mí, pasada desapercibido. Era un chico el cual jamás podría ser mi amigo ni mucho menos. Era guapísimo, tenía una cara cuadrada y encantadora, con el cuerpo más perfecto del mundo y con un porte de modelo de revista. Pero... También era famoso por ser escandaloso, lucido, mujeriego y... un completo idiota. Al parecer todas las porristas habían pasado por él y todos los chicos lo idolatraban.
BLAKE- Somos 12.
No contesté porque no estaba segura de que me hablara a mí.
BLAKE- ¿Con quién te vas a subir?
Entonces me di cuenta de que me hablaba a mí.
LISSA- ¿Cómo? ¿Qué dices?
BLAKE- Ah, digo que éramos 13 con tu amiga, pero ahora que se ha ido somos 12. Entonces ya nos podemos subir todos juntos. ¿Te subes conmigo?
No podía creer que Blake me estuviera hablando, no porque lo considerara algo valioso, pero éramos tan diferentes que no entendía como siquiera estaba notando mi presencia. En ese momento la fila comenzó a avanzar, el próximo grupo a subir era el nuestro y tenía que decidir rápidamente. Estábamos a unos cuantos pasos cuando Jack se acercó y dijo.
JACK- No, yo me subo con ella.
Me miro a los ojos, insistente.
JACK- Súbete conmigo, Lissa.
No entendía de qué se trataba todo eso. Habíamos llegado al carro del juego para subirnos. Blake le dio una palmada en el brazo, divertido.
BLAKE- Lo siento, amigo. Yo le dije primero.
Y sin tener oportunidad a decir algo, me tomó del brazo y nos subimos al carrito juntos.
Jack no me quitaba la mirada de encima y no le quedó de otra más que subirse con alguien más.
Estaba sentada junto a Blake, quien se veía muy divertido y emocionado por el juego, en cambio, yo me moría de nervios, comencé a pensar en qué pasaría si el juego fallara o algo por el estilo. El carrito comenzó a andar despacio, los demás gritaban emocionados y con terror al mismo tiempo, todos sabíamos lo que nos esperaba. Comenzamos a subir la pendiente del juego, la cual era demasiado alta y empinada, cerré los ojos y tomé la barra de seguridad con todas mis fuerzas. Entonces, sentí una mano sobre la mía y abrí los ojos rápidamente.
BLAKE- ¿Estás bien? No te preocupes, esto no se va a caer. Si fuera inseguro, nadie se subiría.
Aunque era un simple conocido, sus palabras me hicieron sentir mejor y suspiré tranquila.
LISSA- Sí, la verdad me muero de miedo. Nunca pensé que estuviera tan alto.
BLAKE- Mira alrededor, este es el chiste de este juego. Anda, mira el paisaje.
Voltee alrededor y me encontré con el paisaje más hermoso que había visto en mi vida, la ciudad de Nueva Orleans, con el río Misisipi a un lado alumbrado por el atardecer. Parecía un cuadro de arte, y todavía nos faltaba más por subir. Bajé la mirada para ver el parte y de pronto, vi a Sam que caminaba sola, de manera sospechosa. Ella miraba a todos lados y parecía que se estaba escondiendo. Entonces, corrió hacia una parte del parque, la cual estaba llena de árboles, y entre todos esos árboles se asomó el brazo de alguien para tenderle la mano, ella la tomó y ahí la perdí de vista. ¿Qué hacía Sam ahí? ¿Y con quién estaba?
PalomaDF
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"CUANDO TE VUELVA A VER"
RomanceSi tuvieras la oportunidad de hablar en tus sueños con esa persona a la que tanto extrañas, ¿qué le dirías? Después de perder a su gran amor (Jack), Lissa tendrá que descifrar las señales que él mismo le deja en sus sueños. Acompáñala en esta avent...