"CUANDO TE VUELVA A VER"

"CUANDO TE VUELVA A VER"

Capítulo 10


Pasaron cuatro días desde que soñé con Sam, los mismos que traté de no pensar en eso, pero por más que lo intentaba venían a mi mente todos esos recuerdos, cuando nos conocimos, cómo nos hicimos amigas, el parque de diversiones, etc.

Hacía un año que no hablaba con ella, después de todo lo que pasó con Jack nos fuimos separando poco a poco, hasta que en un punto decidí no hablarle más. Nuestras vidas ahora eran muy diferentes, ella estaba casada, tenía dos hijos, tenía una vida maravillosa. Y yo... Solo éramos Charly y yo, por lo tanto, ya no tenía sentido ser amigas. Sin embargo, ahora que la había soñado me remordía la consciencia, yo la conocía y sabía que algo estaba pasando.

Así que, al quinto día, estaba sentada en mi sillón favorito mirando a través del ventanal de la sala, desde ahí podía ver todo el jardín y los árboles al fondo, sí que era una casa preciosa. Le daba vueltas al asunto: ¿Debería llamar a Sam? ¿Debería dejar todo como está?

Tomé mi celular, me levanté y comencé a dar vueltas alrededor de la mesa de centro. Charly me miraba sospechoso, el pobre creía que me había vuelto loca y tal vez tenía razón. Entonces, me detuve y en un impulso marqué el número de Sam, cerré los ojos y suspiré profundo, rezando porque no contestara. Dejé que sonara un par de veces y me resigné, miré a Charly.

LISSA- ¿Lo ves? Te lo dije, no se trata de mi cobardía, es que ella no quiere saber de mí.

Estaba a punto de colgar cuando escuché su voz.

SAM- ¿Hola?

Me quedé muda por un momento.

SAM- ¿Hola? ¿Hola?

Entonces, contesté con duda.

LISSA- Hola...

SAM- ¡Lissa! ¿Eres tú?

LISSA- Sí, soy yo.

Era evidente que la agarraba en un momento complicado, se escuchaba mucho ruido, los niños llorando.

LISSA- Pero no te preocupes, si quieres te llamo otro día.

SAM- ¡No, no, no! Espera un momento.

Alcancé a escuchar que Sam salió de ese lugar lleno de ruido y de pronto había silencio, sólo éramos ella y yo.

SAM- Perdón, es la hora de los niños y... ¡Lissa! No puedo creer que seas tú, ¿en dónde diablos te has metido?

Con el tiempo, Sam se había vuelto irreverente y la confianza en ella misma era tal que se atrevía a maldecir.

LISSA- Lo siento, he estado muy ocupada y...

SAM- Y nada, no has querido vernos. Eso es lo que pasa. Estuve como loca tratando de llamarte y cambiaste el "%$&#@" teléfono. Lissa tienes que superarlo, entiendo lo que pasó, pero eso no significa que tienes que borrar tu historia de la...

Tal como lo supuse, la conversación empezaba a ser pesada. Siempre que Sam comenzaba con sus sermones, me bombardeaba con palabras y en un instante dejaba de entender lo que decía y lo único que podía escuchar era un ruido penetrante y abrumador.

LISSA- Sam, basta. No fue buena idea llamarte, será otro día.

SAM- ¡No, no me cuelgues!

Nos quedamos calladas y.

SAM- Perdóname, tiene tanto que no hablamos que parece que te quiero decir todo en unos cuantos segundos.

LISSA- Está bien. Es solo que... Tú sabes...

No sabía cómo explicarle todo lo que tenía en la cabeza, que los sueños con Jack y ahora con ella, me tenían al borde del precipicio. Entonces me interrumpió de manera abrupta.

SAM- Soñé con él.

LISSA- ¿Qué? ¿Con quién?

SAM- Con Jack.

Sentí que mi corazón dejó de latir por unos segundos, las manos me comenzaron a sudar. ¿Por qué? No lo entendía.

SAM- No sé por qué, pero esta última semana lo soñé dos veces.

LISSA- ¿Qué fue lo que soñaste?

SAM- Estábamos afuera del café de siempre, ese que tanto le gustaba. Y lo vi del otro lado de la calle, caminé hacia él y cuando estaba a punto de decirle algo me desperté. ¡Fue tan frustrante!

Los ojos se me llenaron de lágrimas, durante todo ese tiempo había tratado de bloquear mis sentimientos y hacer como que los sueños con él no me hacían nada. Pero lo extrañaba tanto...

SAM- ¿Lissa? ¿Estás ahí?

LISSA- Yo tuve un sueño similar, y después soñé contigo. Sentí que me necesitabas y... Por eso me atreví a llamarte.

SAM- Lissa, está pasando otra vez.

Cuando Sam y yo nos hicimos mejores amigas, desarrollamos un tipo de comunicación muy interesante. Cuando ella estaba en peligro o algo le pasaba, yo podía sentirla y al revés.

LISSA- Lo sé. Pero, no lo entiendo. ¿tú estás bien?

SAM- Sí, por aquí todo bien. Pero te he tenido mucho en mis pensamientos y a Jack también. Eso me angustia.

LISSA- Créeme que yo estoy igual.

Sam se quedó callada, casi podía jurar que estaba pensando cómo decirme lo que tenía en la mente.

SAM- ¿Y si nos quiere decir algo? Tal vez se está tratando de comunicar con nosotras y...

LISSA- ¡Sam! ¡Sam! Ya basta, no empieces con lo mismo otra vez. Llevo un año tratando de buscar mi tranquilidad y tratando de dejar atrás todas las preguntas que tenía.

SAM- Está bien, tú sabes lo que pienso de todo lo que pasó. Pero, te respeto.

LISSA- Gracias, será mejor que me vaya.

SAM- ¿Nos vemos pronto?

LISSA- No lo sé, estoy muy ocupada estas semanas.

SAM- Como sea ya tengo tu dirección.

LISSA- ¡Dios mío, Sam!

Iba a comenzar a reclamarle cuando me colgó.

La tímida Sam había estudiado investigación y espionaje. Durante muchos años trabajó para el gobierno y era una de las mejores, hasta que tuvo a su primer hijo y lo dejó todo. Por lo tanto, bastaba una llamada para que supiera en donde encontrarme.

Llegó la noche y lo único que quería era dormir y reponerme del mar de emociones que había sido durante el día. Me acosté en la cama, apagué la lámpara y me giré mirando a la ventana. Mi cuerpo estaba cansado, pero mi mente seguía alerta. Entonces, miré hacia la mesita que se interponía entre la ventana y yo. Y ahí estaba él una vez más, con esa sonrisa que tanto extrañaba. En la mesita tenía una foto de nuestro viaje a Italia, el mejor viaje de nuestras vidas. Y eso me hizo recordar la primera vez que hablamos al respecto.

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Después de aquel trágico fin de año, no asistimos a la escuela por una semana. Y fue la gloria para mí, porque aunque fue muy poco tiempo, ocupé esos días para despejarme y olvidarme un poco del drama de la preparatoria. Me dediqué a disfrutar a mi familia y a conocer los lugares de Nueva Orleans que me faltaban. También ocupé mi tiempo en olvidarme de Jack, él tenía novia y me odiaba, por lo tanto, lo más sano era dejar de pensar en él y alejarme lo más que pudiera. Tenía pensado cumplir una semana más con las porras y pedirle al director que me cambiara de área de tortura, prefería estar con los "nerds" y asistir a las olimpiadas de matemáticas si era necesario.

Llegó el lunes, el primer día de clases, y curiosamente me tocaba la clase de Matemáticas. En todo le camino pensaba en cómo le pediría a la maestra apoyo para que me aceptaran en el club de matemáticas, y lo tenía todo listo y preparado. Entré al salón y me senté en la silla de siempre, estas eran bancas de dos personas, pero mis compañeros eran tan cerrados que siempre hacía sus parejas y me dejaban sola en una banca.
Entonces, llegaron todos, tomaron sus asientos y cuando miré hacia la puerta, la maestra venía entrando, ni más ni menos que con Jack.

¡¿Qué?! ¡¿Él qué hace aquí?! Pensé.

Los dos venía hablando, muy serios, caminaron hacía a mí y no entendía de qué se trataba.

MAESTRA- Lissa, Jack va a trabajar contigo este semestre. Necesita regularizarse y tú eres más que perfecta para ayudarle, además de que no tienes pareja en la clase.

Eso era injusto, era una pesadilla.

LISSA- Pero... No creo que yo pueda ayudarle.

MAESTRA- Claro que sí, tú eres muy buena. (A JACK) Siéntate junto a ella.

Entonces, Jack me miró divertido y se alzó de hombros.

JACK- Compromiso.

Se sentó a un lado de mí y yo solo podía pensar en lo injusta que era la vida.

PalomaDF