"CUANDO TE VUELVA A VER"

Capítulo 30

"Mi nombre es Shane Kirkland"

Su aspecto me pareció sospechoso, sabía mi nombre y se veía bastante amigable. ¿De dónde podía conocerme? ¿Y por qué le daba tanto gusto verme?

Le di la mano y...

LISSA- Lissa Broadmoor, mucho gusto.

El tipo me miraba de manera extraña y no se me ocurrió otra cosa más que hacerlo pasar. Por su aspecto me parecía que era uno de estos agentes de seguros, pues anteriormente había recibido a un par de hombres quienes querían venderme un seguro especial por ser viuda de un militar.

Entramos a la casa y parecía que él había entrado a un mundo nuevo, miraba detalladamente cada parte de la estancia.

LISSA- ¿Se le ofrece un café o tal vez agua?

SHANE- Por favor llámame Shane. Por el momento estoy bien, muchas gracias.

Nos sentamos en el sillón, suspiré y...

LISSA- Ahora sí, Shane. Dime en qué te puedo ayudar.

Shane miró al piso para tomar valor y...

SHANE- Lissa, soy amigo de Jack.

Pensé que se trataba de un amigo de la infancia, supuse que se acababa de enterar de lo ocurrido.

LISSA- Comprendo, seguro te enteraste de que Jack falleció hace casi dos años.

SHANE- No precisamente.

LISSA- Bueno, murió hace tiempo y siento mucho que a penas te hayas enterado.

SHANE- Lissa, eso no es verdad.

Lo miré detenidamente a los ojos.

SHANE- Lo que te quiero decir es que...soy amigo de Jack. Todo este tiempo estuvimos juntos en una mina en Irak como prisioneros de guerra. Jack está vivo.

¡Esto no podía ser cierto! ¡No podía ser! Este tipo estaba teniendo el descaro de hacerme una muy mala broma. Comencé a alterarme.

LISSA- ¿Qué dices? ¿Cómo se te ocurre decir eso? ¿Es una broma? ¿Quién te mandó aquí?

SHANE- Lo sé, es impresionante. Pero Jack está vivo, créeme. Lleva todo este tiempo preso, por algún milagro yo pude salir y me pidió que te entregara esto.

El tipo sacó una hoja pequeña y sucia del bolsillo de su pantalón, y me la entregó. Cuando extendí la mano, estaba temblando y apenas la pude tomar. Con mucho temor la abrí y en cuanto lo hice, vi su letra. ¡Era su letra! ¡Era su letra! Y con lágrimas en los ojos comencé a leer:

"Lissa! No sé por dónde comenzar. Pero comenzaré diciendo que ¡Lo siento! Siento mucho haberte dejado y haberme ido. Es algo que nunca me perdonaré.

Quiero que sepas que estoy bien, estoy en un campamento en Irak, llevo aquí todo este tiempo. Es una larga historia.

También quiero que sepas que cada noche sueño con que te vuelvo a ver y que me abrazas como solías hacerlo, pero ya no sé si pueda lograrlo.

Si no lo vuelvo a hacer, tienes que saber que te amo como a nadie y te amaré por siempre. Siempre serás mi gran amor.

¡Dios, siento mucho lo que pasó! ¡Perdóname por favor!

Prométeme que vas a ser muy feliz y que, si nos volvemos a ver en el cielo, no me vas a odiar.

También prométeme que no te vas a meter en problemas.