Capítulo 18

32 3 0
                                    


Jack era mi todo, el amor de mi vida, y aunque siempre lo iba a recordar y a sentir cerca, era momento de cambiar mi vida. Era momento de aceptar que se había ido y que... nunca más lo volvería a ver.

Me puse manos a la obra y lo primero que hice fue sacar todas sus cosas y regalarlas a un refugio. Nunca vi su cuerpo, por lo tanto, la idea de que estaba muerto era extraña para mí, mi mente sabía que él ya no estaba, pero mi corazón y algo más, no lo creían.

Todas sus cosas habían permanecido tal cual Jack las había dejado. Después del "funeral" cerré su closet y no lo volví a abrir, pero ahora era momento de hacerlo.

Me paré frente a las puertas de madera y no podía abrirlas, las manos me comenzaron a sudar y mi corazón latía rápidamente. No entendía por qué, pero la simple idea de volver a ver su ropa me partía el corazón. Entonces, llamé a Sam, quien inmediatamente llegó a asistirme y ahora, éramos dos personas frente al closet, sudando y temblando de nervios, hasta que ella tomó valor.

SAM- ¡Ya, Lissa! No podemos pasar más tiempo aquí mirando esas puertas, lo voy a abrir y vamos a concentrarnos en que estamos tomando cosas para regalar a la gente en necesidad. No pienses que son las cosas de Jack, ¿ok? Piensa en que son cosas de alguien más.

Asentí muy segura y decidida.

"No son las cosas de Jack. No son las cosas de Jack" Me lo repetía sin parar.

Entonces, abrió las puertas y con la fuerza se creó una especie de ola de aire proveniente del closet, trayendo directamente hacia mí todo el aroma de Jack. Parecía que estaba ahí presente y entonces, vino a mí el recuerdo del aroma de su piel y esa loción que usaba, la cual me volvía loca.

Sam también lo notó y me miró, aterrada.

LISSA- ¡Esto no me puede estar pasando a mí! ¡Esto es una mierda de vida! ¿Cómo es que se puede sufrir tanto?

Grité molesta.

LISSA- ¡Ahhhh, eres un cabrón Jack! Mira lo que me estás haciendo pasar. Nunca debiste irte.

Entonces, Sam me abrazó y nos soltamos a llorar, dejando sacar toda nuestra frustración.

LISSA- Lo extraño tanto...

SAM- Lo sé, Lissa. Lo sé.

Logramos poner todo en cajas y Sam se las llevó al refugio. Estaba muy triste, pero el sacar las cosas de Jack me hacía sentir tranquila, un poco más en paz. La realidad es que tener ahí sus pertenencias era una tortura diaria.

Después, arreglé la casa, tiré muchos muebles, compré otros y cambié todo de lugar. Pinté todos los muros de blanco y coloqué cuadros del océano por todos lados. También, me sentía muy sola y sabía que tenía que estar acompañada, pero como no estaba lista para socializar con muchos humanos, decidí comprar muchas plantas, estas son seres vivos y... Algo es algo, ¿no?

La casa quedó mejor, con todos los cambios ya no tenía todas esas cosas que me recordaran a Jack, aunque eso no significaba que no pensara en él.

Las caminatas en el muelle con Charly se habían vuelto una tradición, y si algún día me daba un poco de pereza salir, él se encargaba de tomar su collar y esperarme sentado frente a la puerta para obligarme.

Y aquel viernes no fue la excepción. Estaba muy cansada, no quería hacer nada, más que recostarme y comer helado, pero Charly, estaba sentado y listo con su collar. Después de esperar por 15 minutos sin ninguna respuesta, comenzó a aullar para llamar la atención y esto me obligó a levantarme.

"CUANDO TE VUELVA A VER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora