Capítulo 20

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 IRAK

Llevo una semana despierto, Kai resulta ser la doctora y encargada de los enfermos. Me dio este cuaderno y la pluma porque dice que el escribir un diario me ayudará a recuperar la memoria, aunque si con esa vida llegué aquí, tal vez mi pasado no sea el mejor y no sé si quiero recordarlo.

Todavía me cuesta trabajo caminar, pero cada día voy mejor y estoy ejercitando mucho para recuperarme lo antes posible, y así poder salir de este lugar tan horrible. Kai viene tres veces al día a revisarme, dice que nadie ha durado tanto tiempo en la enfermería como yo. Ella es muy amigable conmigo y aunque no hablamos el mismo idioma nos comunicamos con señas.

Shane es un soldado Americano, al igual que yo. No sé cual sea su historia, pero está encargado de traerme comida dos veces por día y cuando coincidimos los tres, aprovecho para que actúe como traductor entre Kai y yo, él lleva mucho tiempo aquí y habla ambos idiomas, ingles y árabe.

Gracias a ellos he ido recopilando datos sobre mí y esto es lo que sé hasta ahora: Yo formaba parte del ejército americano y fui abatido en el campo de batalla junto con todo mi grupo. Y después de pasar algunos días, malherido e inconsciente en el piso, las personas de esta pequeña comunidad nos rescataron a varios de mis compañeros y a mí. No saben cuál es mi nombre, la única forma de identificarme era con el número "42" que escribieron en mi brazo, con el cual me marcaron al llegar aquí. Al parecer rescataron 42 cuerpos y ese fue el número que me tocó a mí. El resto de mis compañeros no sobrevivió, soy el único que queda de esa unidad del ejercito, pero dicen que hay más soldados de otras áreas que también fueron rescatados.

Todavía no entiendo por completo qué es este lugar, es algo como una mina y al parecer cuando me recupere tendré la oportunidad de trabajar aquí. Ya lo veremos, tengo mucho por hacer y decidir.

Kai dijo que, al llegar aquí de inmediato me puse en estado de coma y al pasar los días el jefe de la mina insistió en que se deshicieran de mí, porque sería una carga para todos, pero Kai se aferró a la idea de que algún día despertaría y así fue. Ella me llama "Milagro" dice que sus dioses le dijeron que yo sobreviviría.

Es tan desesperante estar aquí, sin hacer nada más que pensar y pensar y tratar de recordar. ¿Cómo me llamo? ¿Cómo era mi vida? ¿Dejé algo importante o sólo soy un individuo al que nadie espera y todos olvidaron? Creo que me voy a volver loco, necesito salir rápido de aquí.

He tenido algunos sueños sin sentido, de pronto estoy en el mar y siento que me ahogo, después repentinamente estoy corriendo y puedo sentir el sudor cayendo por mi frente. Pero hay un sueño en especial que ha sido recurrente:

Estoy en una escuela, debe de ser una preparatoria por los chicos que hay alrededor. Estoy parado en medio de un pasillo y cuando miro al rededor, puedo ver que es el camino hacia un cuarto, y cuando me acerco, me doy cuenta de que hay un letrero que dice "BIBLIOTECA" Este lugar me llama mucho la atención, hay algo que me hace querer entrar. Me acerco lentamente, y cuando llego a la puerta de cristal, lo primero que veo es una mesa de madera llena de libros. Uno de ellos es muy grande y brillante, pero no puedo ver de qué es, porque sus hojas están cubiertas por una cabellera rizada y pelirroja que le pertenece a una chica misteriosa. Quiero verle la cara, pero ella tiene recargada la cabeza en su mano y eso me lo impide. ¿Quién es ella? Me pregunto cada vez que la sueño.

En fin. Nada de esto tiene sentido.

"Milagro" "42"

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Nueva Orleans

Sentada en aquella sala de espera, la cual estaba vacía. Mirando mis tenis tratando de encontrar alguna diferencia entre los dos, tal vez alguna costura o franja fuera de lugar, para no pensar ni morir de nervios por lo que le estaban haciendo a Charly. Después miré alrededor y leí cada uno de los letreros que se encontraban en la pared, mientras el tic toc del reloj, el cual era casi imperceptible para cualquiera, se me clavaba en el cerebro y hacía que mi impaciencia aumentara. Esta era tanta que sentía que había tomado diez tazas de café al hilo, así que, me levanté para relajarme y caminé por la salita. El tiempo era eterno y cuando miré el reloj una vez más, sólo habían pasado treinta minutos.

"CUANDO TE VUELVA A VER"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora