Capítulo 4.

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Dos meses después.

—¡¿Karol, quieres apurarte?! —grita Ezra desde abajo.

—¡Qué ya voy! —gruño. Dejo a un lado el maquillaje, de muy mala gana por cierto.

Bufo frustrada y me obligo a bajar corriendo las escaleras —con el peligro de chocar con cualquiera— para subir al auto que nos llevará directo a mi primer años de preparación.

Que emoción.

¿A quién engaño? Yo quería seguir de vacaciones.

Este es el primer año que curso de preparación. Sé que quizás es bastante diferente a la escuela o algo así, pero me emociona el hecho de descubrir que cosas voy a conseguir este año. Quiero disfrutar esta etapa y tengo la suerte de tener a mis amigos a mi lado.

—Mujer, tardas años —me acusa Madi—. ¿Se puede saber por qué carajos tardabas tanto?

—Dejen de quejarse. Estoy aquí que es lo que importa.

Por suerte llegamos en muy corto tiempo. Bajo del auto para buscar con la mirada a mis dos grandes amigos, lo cual no es muy difícil ya que todos están en grupo en las afueras de la escuela.

—¡Hey, chicos! ¿Qué hacían? ¿Me extrañaban?

—¡Karol! Por fin llegas —Valen me abraza por los hombros como sí no me hubiera visto en años. Yo río.

—Espera, loca ¡Me asfixias! —me quejo.

—Quítate Valentina, ahora me toca a mí —musita Noah abrazándome.

—¿No debería ser Ruggero quien pelee por los abrazos de Karol?

—Es mi amiga —recalca él—. Tengo mis derechos.

Valentina niega divertida. Después Noah se aleja, por supuesto para darle amor a mi hermana. Conversamos unos minutos más, minutos en los que —disimuladamente— observo el comportamiento de Sophia y Ezra, y claro, el de Marco, quien aparentemente está apacible e inexpresivo ante las casi nulas muestras de cariño que se dan los otros dos. Creo... creo que lo han pensado mejor.

Últimamente los he visto más... ¿distantes? Pero no porque hayan peleado o algo así, pero creo que lo hacen para hacer más creíble que ya no tiene nada.

En mi opinión es lo mejor.

Pero mi análisis es interrumpido cuando siento que unas manos me toman de la cintura, haciéndome retroceder.

—Hola, mi vida —susurra en mi oreja y dejando un beso en mi mejilla—. Puntual como siempre, eh.

—Hola, tú —digo divertida—. Agradece mi puntualidad a mis hermanos —bromeo—. Tardaste, ¿sucedió algo?

—Si, hubieron unos asuntos de la empresa de mi padre que tenía que escuchar. Nada importante —le resta importancia encogiéndose de hombros—. Ya estoy aquí que es lo importante.

No pregunto más. Pero de hecho tengo el presentimiento que sea cual sea, el tema que hayan tocado, no es muy de su agrado. Ruggero puede llegar a ser muy reticente con las ideas de sus padres.

—Bueno, es hora de iniciar nuestra tortura —dice Ezra cuando el timbre suena.

Todos asiente, divertidos, tras el suspiro nada dramático que suelta mi hermano.

—Suerte en tu primer día —dice Ruggero que me abraza por la cintura.

—Te voy hacer sentir muy orgulloso. Veras que todo sale se maravilla.

—Cariño, yo ya estoy orgulloso de ti y si, estoy de acuerdo que todo saldrá de maravilla. Te amo —susurra acariciando mi mejilla.

Alto.

DIOSA 2 | ¿Puede el hechizo ser eterno?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora