Capítulo 9.

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La pregunta quedó en el aire. Sinceramente hubiera esperado cualquier otra cosa menos que quisiera tener una conversación conmigo. ¿Yo quería hablar con ella? No. Claro que no, apenas y la conocía hace doce horas. Sin embargo solo le dediqué una mirada confundida, y me enderecé en mi lugar.

—¿Y bien? —pregunta de nuevo.

Parpadeo algo confundida.

—Ehm...

—Yo creo que es una buena idea —acota Valentina, interrumpiéndome y ganándose además una mirada de reproche por mi parte—. No estaría mal una plática entre ustedes.

—¿Qué dices? —susurro solo para ella.

—No están malo si lo piensas —añade—, tal vez una buena charla ayude a que se conozcan mejor.

—Valentina...

—¿Entonces? ¿Vienes Karol? —miro un instante a Francia y luego repito el proceso con Valentina. No sé si esto sea un complot pero no estoy nada satisfecha con la situación. Sin embrago opto por ponerme de pie de manera lenta y sacudir un poco mi ropa mientras lo hago—. Eso es un si, supongo —canturrea la italiana.

La sigo un poco detrás de ella —aun dudando— y antes de seguir el camino le doy una mirada furtiva a Valentina, quien articula un "suerte" en silencio, solo moviendo sus labios. Después de eso retomo mi andar al lado de Francia. El momento, al menos para mí, es incómodo y de hecho solo atino a pasar mis manos por detrás de mi espalda sin saber que decir. Sin embargo no duro mucho con esa idea.

—¿Y... ibas a decirme algo? —me atrevo a preguntar.

—Oh, cierto... bueno, la verdad es que no sé muy bien que decir —admite—. Mmm... ¿debería preguntar por tu familia?

—Oh, no lo hagas. No es un tema muy divertido.

Y no lo era. Los recientes problemas en mi familia y nuestros escándalos internos eran motivo de sobra para no querer entablar una charla respecto a eso.

—Entonces hablemos de nosotras —propone—. ¿Has vivido aquí toda tu vida?

—Si, desde que tengo uso de razón este ha sido mi hogar. ¿Y tú? ¿Es la primera vez que vives fuera de tu país?

—No, ya antes lo había hecho, pero fue solo una corta temporada en la que mis padres se establecieron en la capital por negocios políticos. Creo que ya lo había mencionado antes.

—De hecho no —corregí—. ¿Y qué pasó? ¿No fue como esperaban?

—No... no lo fue. Resulto muy diferente a lo que mi padre creía.

—¿Y por qué?

—Creo que aplicaré tu estrategia de antes. No creo que sea un tema divertido de hablar —vaciló un poco—. ¿Y tus hermanos? ¿Qué tal te llevas con ellos?

—De maravilla. Ellos dos son mi adoración.

—Es raro —murmuro—, ese no es el concepto general que yo suelo escuchar entre hermanos.

—Pues nosotros sí. No niego que han habido situaciones tensas, pero nada de que preocuparse. A ambos los adoro con mi vida y agradezco que seamos familia —sonreí un poco.

Obviamente omitiría el hecho de ser medio hermana de Ezra y no serlo de Madi. Ese era un tema irrelevante en mi relación con ellos y no considero que Francia sea la persona adecuada para hablar de eso. La vida había escogido esos hermanos para mí y yo estaba satisfecha.

—¿Y tú tienes hermanos? —indago, mientras me distraigo un poco mirando a otros andar.

—Si, era mi inspiración.

DIOSA 2 | ¿Puede el hechizo ser eterno?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora