Karol.
No sé donde estoy. Tampoco sé que hora es.
Apenas puedo moverme, el cuerpo me pesa y mi cerebro tiene un vago sentido de conciencia, en el que cree estar despierto pero simplemente mi cuerpo no le obedece a sus órdenes.
Lo último que recuerdo es a mí hermana conduciendo a mucha velocidad en una calle poco transitada, la camioneta atacándonos y el impacto brutal que me hizo perder la conciencia de inmediato.
Hago el intento de moverme pero un jadeo casi inaudible escapa de mi ante el inminente dolor en todo mi cuerpo. Ni siquiera puedo abrir los ojos. Es como si en cada intento que hago en moverme cada unos de mis huesos se quebrara produciendo un dolor totalmente insoportable. Incluso el simple movimiento que mi cuerpo hace al respirar es doloroso.
No duro mucho tiempo en aquella situación, me desvanezco nuevamente sobre mi lugar, a pesar de no haberme movido para nada.
Otra vez todo se vuelve negro en mi mente.
*****
No sé cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que estuve "consciente".
Al menos esta vez si puedo abrir los ojos, y aunque todo está oscuro y borroso para mí puedo distinguir entre todo eso que estoy es una especie de bodega, o sótano muy oscuro. El olor a humedad es bastante fuerte por lo que una especie de arcada me obliga a cubrir con fuerza mi boca.
Aun con el cuerpo adolorido y casi roto, puedo lograr sentarme en mi lugar. Toco mi cabeza despacio, intentando revisar si es que hay algo mal, entonces puedo notar que hay vendas y gasas alrededor de ella. Alguien me ha curado; eso y que hay mucha sangre en mi ropa. Significa que seguía vestida con la misma ropa con la que estaba la última vez y desde ese momento no sé cuanto ha pasado.
Mi vista poco a poco se acostumbra a la casi inexistente luz y entonces reacciono viendo un cuerpo del otro lado de la habitación. Es Madisson, que yace del otro lado de la habitación pero aun inconsciente en el piso. Ella es quien más golpes puede haber recibido porque era ella quien venía al volante. Resulta incluso extraño haber podido sobrevivir a eso.
Quiero levantarme para ver como esta, revisarla, pero cuando tiro de mi cuerpo para moverme mi pierna es jalada por la cadena que hay alrededor de mi tobillo. El tirón fuerte me obliga a cerrar los ojos con fuerza y a morder mi labio inferior, en busca de no gritar del dolor tan complejo que me azota.
—Madisson... Madi...
No responde.
Ni siquiera puedo distinguir algún movimiento que me avise si está bien o no.
—Madi... —vuelvo a llamarla.
Las lágrimas corren por mis mejillas sabiendo que esto no es nada bueno y que estamos en un evidente peligro. La cabeza me duele, y poco a poco otra vez mi cuerpo deja de sentir las cosas a mi alrededor, pierdo todo sentido de mi misma y tan pronto como eso mi cuerpo vuelve a desvanecerse en el piso.
Esto no está nada bien.
*****
Mucho tiempo después la secuencia se repite una vez más. Ahora estoy sentada en piso, hambrienta y sedienta en un lugar desconocido. Hasta este momento no he visto ha nadie más, ni siquiera he podido escuchar algún grito o voz que me haga saber en donde demonios me encuentro.
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DIOSA 2 | ¿Puede el hechizo ser eterno?
FanficUna vez te dije que sí por mí fuera, nuestro hechizo sería eterno. Pero, ¿Qué pasaría cuando tú ya no quieras formar parte de él? O quizás... ¿cuándo toda nuestra magia se rompa?