5: Déjame quererte

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Llegué hasta la puerta de Ryujin y llamé al timbre. Llevaba una bolsa con palomitas de microondas y bebidas, quise llevar algo como detalle, me daba bastante vergüenza ir con las manos vacías.

A los pocos segundos me abrió la puerta Yeji, que estaba poniéndose el abrigo bien. Parecía que acababa de pillarla a puntito de salir, y efectivamente era eso.

—¡Minjeong! Pasa —dijo colocando su cuello del abrigo—. Ryujin esta en el salón.

—¿No te quedas? —pregunté confusa.

—No, tengo planes. Además, seguro que no me echáis de menos —bromeó.

¿Que quiere insinuar con eso? ¿Que Ryujin y yo....?

Nah. Nada que ver, es mi amiga.

Yeji dejó un beso en mi mejilla, sujetó las llaves y salió por la puerta dejándome sola en la entrada.

—¿Minjeong? —escuché que Ryujin gritaba desde el salón.

—¡Voooooy! —grité.

He de decir que su casa siempre me ha agradado, es como la casa de unas adolescentes solo que sin desorden. Son bastante organizadas para ser un grupo, lo digo porque nosotras no podemos decir lo mismo.

—Ven, siéntate. Estaba preparando el maratón —dijo subiéndose al sofá con el mando.

—¿Qué vamos a ver?

Me quité el abrigo y lo dejé sobre la mesa del salón. Fui hasta Ryujin y me senté a su lado.

—Maratón de Viernes 13 —alcé las cejas de la sorpresa—, y me da igual si ya las viste, las vemos otra vez —reí.

—Vale, vale. Las vemos otra vez. Por cierto, he traido palomitas y bebida —dije señalando la bolsa.

—¡Genial! En un rato las hacemos —asentí.

Ryujin se sentó de piernas cruzadas y mientras le daba al play, pero me dio una breve mirada de reojo.

—Puedes quitarte los zapatos, ponte cómoda.

Gracias a Dios, necesitaba subir las piernas.

Me acomodé en el sofá al lado de Ryujin. En ningún momento se me pasó por la cabeza que yo le pudiera gustar a ella de manera sentimental, tan solo ni siquiera imaginé que cuando tonteaba conmigo fuera en serio... Pero Aeri me metió cosas en la cabeza que nunca me había planteado, y ahora va Yeji y lo remata.

La película no llevaba ni 20 minutos y Ryujin ya se había asustado. Era bastante asustadiza, que yo también pero no con películas. Se tapó los ojos y me hizo reir.

—No te rías, idiota...

—Te recuerdo que fuiste tú quien eligió las películas—reí.

—Porque quería ver algo de miedo contigo... —dijo sin mirarme.

Tragué saliva.

—Podíamos haber visto una de risa y también estas conmigo —le sonreí.

Ella me miró y se quedó sonriéndome unos segundos. Sentí una sensación extraña en mi pecho, no sé si era que me gustaba o que me ponía nerviosa la situación.

Entonces mi teléfono empezó a vibrar. No tenía sonido pero noté como vibraba, observé la pantalla y vi su nombre escrito en ella.

"Jimin <3"

Tragué saliva y le di la vuelta, no respondí. Se supone que estaba con Jeno, se supone que tenía que pasar su noche romántica con él, ¿qué hacia llamándome?

el arte de enamorarse | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora