24: Al fin

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Un mes después

—¡Lo habéis hecho genial! —exclamó Aeri.

Acabábamos de volver a casa después de la actuación de Mnet. He de decir que estaba agotada, estos últimos meses habían sido agotadores. Salimos del SMCU para meternos, al menos Jimin y yo, en GOT y dar lo mejor de las dos. Pero a quién íbamos a mentir, es agotador... Al menos los resultados eran positivos.

—Jo... Gracias —dije con mas mejillas sonrojadas.

—Y se pone roja... Eres monísima Minjeongie.

—Lo es —comentó Jimin posandose tras de mi y abrazandome por la espalda.

—No te pongas celosa —dijo Aeri bromeando.

—No estoy celosa —parecía ofendida y tuve que reír.

—Que tontas sois las dos —negué—. ¿Os hace noche de juegos?

—Vale, pero creo que Ningning tenía planes... No estoy segura. Luego le pregunto —respondió Aeri, asentí.

—Voy a darme una ducha y a ponerme el pijamita —comentó Jimin y antes de que se pudiera ir la agarré de la mano.

—Ven conmigo un segundo que te pregunte una cosa.

Ella frunció el ceño. La llevé hasta el pasillo para que estuviéramos a solas.

—¿Qué ocurre?

—¿Cómo haces eso en la actuación? ¡¿Con las fancams grabandonos?!

—¿De que hablas...? —entonces supo de lo que hablaba y sonrió—. Eso... Es que estabas muy guapa.

—Pero quedarte embobada mirándome... Y con tu cara en primer plano...

—No es para tanto —hizo un puchero.

—Ya... Pero sabes lo nerviosa que me pone eso y más en el escenario.

—Bueno, perdón... Igual no es culpa mía, ¿tu has visto lo guapa que vas?

Un rubor subió por mi rostro. Otra vez... qué vergüenza. La razón por la que me quejo de lo que hizo Jimin no es por la gente o lo que dirán, es más bien mi reacción... Me pone nerviosa que me mire, que me susurre cosas, que me hable cerca incluso que se acerque a mí. Me pone nerviosa toda ella, y que se quedara embobada mirándome justo antes de empezar la actuación solo hacia que aumentarán las posibilidades de fastidiarla en pleno primetime.

Seguro que se me olvida hasta cómo me llamo.

—Te estas volviendo a poner nerviosa... —dijo acercándose a mí y tragué saliva—. ¿Te pongo nerviosa?

—Eres lo peor.

Ella rió y me abrazó pasando los brazos por mi cuello. Su olor era tan dulce, sus abrazos tan calentitos... Era como vivir en un sueño.

—Te quiero mucho —me susurró al oído y dejó un beso sobre mi cuello.

Me ericé.

Maldita seas, Yu Jimin.

Maldita seas, Yu Jimin

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el arte de enamorarse | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora