22: Y entendí

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Jimin

Estaba apunto de irme al cine con Yizhuo. Me dijo que me esperaría en el coche así que terminé de arreglarme el pintalabios y sonreí al espejo. Estaba guapísima.

Ni siquiera sabía que película veríamos, sólo se que hacía tanto tiempo que no iba al cine que me apetecía muchísimo. Terminé de ponerme la blusa azul cielo, abroché mis jeans y me miré al espejo. Hacia mucho tiempo que no me sentía tan feli., era una sensación de estar completamente llena y me daban ganas de sonreír a cada momento. Aun seguía sin asumir que mi relación con Minjeong pudiera provocarme tal cantidad de emociones cuando hace semanas apostaba que no éramos más que amigas. Entonces escuché como llamaban al timbre.

—¿Pero Yizhuo no decía que bajara yo...? —dije en voz alta para mi misma.

Fui hasta la puerta de la entrada y abrí directamente, encontrándome a alguien que no esperaba.

Jeno.

—¿Qué haces tú aquí?

—Bueno, hola a ti también. Quería saber si te apetece ir a cenar.

—Tengo planes —dije intentando cerrarle la puerta, no me dejó.

—¿Planes con quién?

—¿Y a ti que más te da?

—Me da porque soy tu novio.

Esta vez reí en voz alta.

—¿Además de idiota tienes perdidas de memoria? Tú y yo ya no somos nada, y lo que haga o deje de hacer no te importa.

Entonces al acabar esa frase, el muy cerdo cerró la puerta tras él y me agarró del rostro para pegar sus labios en los mios forzosamente. Intenté despegarme de el empujándole por el pecho pero el seguía haciendo presión y se hacía casi imposible.

No se como le di un pisotón en el pie y pude separarme. Me limpie los labios con mi puño. Sentía tanta rabia que solo quería llorar.

—¡¿Eres imbécil?! ¿Qué mierda te pasa?

—Me has provocado y .. —interrumpí.

—¡Vete de aquí! —grité.

Y entonces entró Minjeong por la puerta y nos miró con esos ojos de no entender nada, y supe que tenía el pintalabios corrido, y yo ahí me quise morir y le quise matar a él.

A veces llegas a un momento en tu vida en el que necesitas reflexionar todo lo que ha pasado, cuál fue el segundo en el que cambió todo, que un acto tan mínimo se haya convertido en justo lo contrario. Que lo que tanto te preocupaba antes, ahora no es más que un estorbo. Que lo que una vez quisiste, ahora solo te genera odio. Y que, si alguna vez tuviste algo que no te interesaba, ahora era tu mayor foco de atención. En el momento en el que realizas y te das cuenta de que esa situación ha llegado, ahi es cuando empiezas a plantearte las cosas.

—¡Te he dicho que te vayas, imbécil! —le grité a Jeno con lágrimas en los ojos.

Él simplemente se puso bien la camisa y fue hasta la puerta, pero antes de salir le dijo algo a Minjeong que me hizo lanzarme sobre él de la rabia.

—Ha sido el beso de despedida —guiñó.

—Puto mentiroso —intenté pegarle pero Minjeong me agarró de la cintura y cerró la puerta de casa.

Me separé de ella. Mi pecho subia y bajaba a toda velocidad, la impotencia que tenía en ese momento era enorme, nunca había querido romper algo contra el suelo pero ahora mismo lo haría. No entendía como pude estar en algun momento con semejante persona, cómo pude pensar que le quería o que él me quería a mí. Las chicas siempre tuvieron razón, él era una basura y lo sigue siendo.

el arte de enamorarse | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora