19: Solo tú

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Jimin

—Hola Ryu —le dije al verla en el bar dónde habíamos quedado.

No me costó mucho encontrarla, estaba sentada en la primera mesa del bar. Llevaba un pantalón negro ajustado, una camisa holgada azul y una chaqueta fina negra por encima. Su pelo corto estaba recogido en un moño samurai. Iba bastante guapa.

—Rina —sonrió—, ¿cómo estas?

—Bien, bastante bien, la verdad.

Nos sentamos en la mesa y cogí la carta para echarle un ojo. El restaurante era un pelín caro, tan solo dar una pequeña ojeada a los precios me quedé bastante boquiabierta.

—¿A que se debe esa felicidad?

Sonreí.

—A una persona.

Ella alzó las cejas, no se si por la confusión o por la curiosidad.

—Cuénteme.

—Intenta adivinarlo —dije bromista.

—Hmmmm... Es complejo este juego —rió—, ¿Jeno?

—¡¿Qué?! ¡No! Qué manía tenéis todos con Jeno.

—Es tu ex novio —se encogió de hombros. Razón llevaba—. Hmmm, no sé, no se me ocurre nad... —su mirada subió hacia la mía un poco en shock—. No me digas que tú y...

Asentí sonriendo.

—¿En serio? ¡¿Con Minjeong?! —asentí riendo.

—¿Que tiene de malo?

—No, nada. Más bien es que estoy sorprendida. No pensaba que ella...

—Pues sí. Créeme que sí.

—¿Era eso lo que le ocurría que no podías contarme? —me encogí de hombros.

—Bueno... Iba por ahí.

—Wow Karina —reí—, ahora me siento el doble de rara.

—¿Por? —respondí riendo.

—Porque yo intenté... Con ambas. Y ahora lo pienso y me quiero dar un golpe en la frente.

—Si quieres te lo doy yo —ella me miró seria y yo reí—. Supongo que en parte tengo que agradecerte, fuiste tú el punto de inflexión y que todo sucediera.

—¿De... nada? —rió.

Ryujin pasó las manos por encima de la mesa y sujetó las mías.

—En realidad soy yo la que tiene que pedir disculpas. Siento todos los problemas que os causé estas semanas —acarició mi mano—, siento haber confundido tanto a Winter, siento haberte besado sin avisar. Perdona por todo eso.

Yo sonreí asintiendo.

—Está todo bien. ¿Y tú como estás?

—Bueno... Hasta arriba de trabajo —bufó separandose y yo reí—. No te rías, es agotador. Encima estamos con el single nuevo y tenemos una presión enorme.

—¿Y eso?

—Bueno... El revuelo que causó snickers y no en el buen sentido. Incluso nuestras propias fans pensaban que era una broma...

No pude evitar reirme de nuevo. Ella me miró seria y yo puse las manos en señal de perdón.

—Lo siento, lo siento. Es que a veces JYP...

—Ya, no lo digas porque ya lo sé.

La camarera vino y pedimos un par de batidos con entrantes dulces. Estaba que me moría del hambre. Mi móvil vibró al llegarme un mensaje, lo desbloqueé para ver de qué se trataba.

el arte de enamorarse | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora