Jennie.
No era capaz de abrir los ojos después de eso.
Mi cara ardía al igual que mis labios y no tengo idea de que debo hacer ahora.
Lisa besa... Increíble, en realidad no lo sé, nunca lo había hecho antes pero espero que todos mis besos sean así de buenos.
—Jen... Tienes que abrir los ojos. —Escuché la dulce voz de Lisa seguida de una pequeña risa.
Mi pulso se aceleró volviéndome a poner nerviosa, por un momento había olvidado que estaba ahí.
Abrí mis ojos lentamente para encontrarme con Lis, ella me sonreía con tranquilidad, debo admitir que me alivió un poco.
—Y... —Parecía no estar muy segura de que decir.
—Y... —Repetí.
—Mmm... ¿Qué te pareció? —Susurró.
—Estuvo... —Pensé un momento— Me gusto. — Finalicé recordando el beso.
—¿Si? —Me miró.
—Sí... —Respondí— ¿Lo hice bien? —La miré con duda.
—Claro que sí —Sonrió—. No hay dudas de que a Kai le va a gustar.
Kai
Había olvidado la razón de por que hicimos lo que hicimos.
Una sensación extraña recorrió mi cuerpo al escuchar ese nombre, sin duda no era bonita.
—Cierto, Kai. —Baja la vista.
—Ya lo tienes, Jen —Me guiñó un ojo para después levantarse de la cama y tomar su celular del escritorio.
Comenzó a teclear algo y luego se llevó el teléfono al oído.
—¿Con quién habl...
—Shhhh- Me calló haciéndome una seña.
Habló unos segundos por teléfono y luego volvió a la cama.
—Lo tengo resuelto —Sonrió—. Este fin de semana Simón dará una fiesta, estamos invitadas, y adivina quién estará ahí.
—¿Quién?
—¡Kai! —Gritó obvia.
—Oh, claro...
—Iremos, así podrás estar con él.
Solo asentí.
—Puedes agradecérmelo.- Comentó y se dejo caer en la cama.
—Gracias...
Por alguna razón ya no me entusiasmaba la idea de estar con Kai, siempre pensé que me sentía así respecto a lo del beso, pero ahora que no es un problema no sé cuál es la excusa esta vez.