Jennie.
—Por si no te quedó claro, terminamos.
La mano me dolía, el corazón me latía rápido, mi respiración estaba cortada y mis ojos casi echaban chispas.
Kai estaba retorcido sobre un banco con la mano aún sosteniendo el lugar que acababa de golpear. Lisa miraba la escena sorprendida desde un rincón.
De un momento a otro me miró con los ojos encendidos. Se enderezó y comenzó a caminar hacia mi furioso.
—Ni siquiera lo pienses. —Lisa se interpuso entre nosotros dándome la espalda para enfrentarlo.
—Tú no te metas. —Gruñó.
La empujó tan fuerte haciendo que cayera contra una de las sillas. Soltó un pequeño grito de dolor y me preocupé, intenté acercarme a ella pero Kai me tomó por el brazo.
—No pensé que tuvieras una derecha tan buena muñeca. —Sonrió cínico.
—Oh, amigo. No debiste hacer eso. —En ese momento entró Simón en el lugar yendo directo hacia nosotros.
Kai me soltó y pude ver como Simón golpeaba su ojo justo antes de acercarme a Lisa.
—¿Es todo lo que tienes? —Preguntó Kai—. Creo que juntarte con esa lesbiana te ha hecho un poco homosexual. —Rió.
Sin esperar mas Simón le dió otro golpe en la barbilla, seguro más fuerte que el anterior.
—No vuelvas a llamarla así. —Le soltó con furia.
Deje de darle importancia y seguí con Lisa.
—Dios... dime que estás bien.
Ella estaba sentada sobre el suelo con la mirada baja, parecía aturdida. Tomé su rostro con cuidado para examinarlo preocupada, tenía una herida abierta cerca de su ojo, justo encima de la ceja.
—Diablos... —Simón se había acercado—. Podría haberle dado en el ojo.
Pude percibir que Kai estaba echado en uno de los bancos un poco más aturdido que Lis, tal vez Simón lo había golpeado un par de veces más.
—Me duele la cabeza.... —Habló Lisa intentando tocar la herida.
—No hagas eso, espera. —Le tomé la mano.
—Vamos salgamos de aquí. —Simon la ayudó a pararse y salimos a los corredores antes de que Kai "despertara".
—Puedo llevarla a mi casa, está más cerca. —Dije sosteniendo el rostro de Lis, tenía miedo de que tenga otra herida. Ella tenía los ojos cerrados aunque ahora se mantenia de pie.
—Claro, mi auto esta afuera. —Comenzó a caminar a la salida, yo iba detrás tomando la mano de Lisa, aun parecía algo aturdida.
Subí al asiento trasero del auto con ella mientras Simón lo ponía en marcha.
—¿Estás bien? —Intenté mirarla pero ella me esquivó, sólo asintió.
No tenía idea de que le había dicho Kai antes de que llegara pero ahora ella estaba mal y me sentí terrible, como cuando dejó mi casa.
Llegamos y me paré al lado del auto esperando que Simón haga lo mismo.
—¿No vienes? —Pregunté.
—Oh, no, tengo que hacer cosas... ya sabes... —Hizo señas con las manos en todas direcciones para después guiñarle un ojo a Lisa repetidas veces sin ser disimulado.
Ella lo miró confundida y luego negó.
—Nos vemos luego. —Saludó y se perdió con su auto en la esquina.
Entramos y subimos a mi habitación, hice que se sentará en mi cama mientras buscaba algo para curarle la herida en el baño. Acababa de tener un déjà vu.
Me acerqué a ella soltando un suspiro y la tomé del rostro sin decir nada. Ella miraba sus manos y noté que estaba nerviosa.
—¿Qué tanto escuchaste? —Preguntó en un susurro.
—Desde que le dijiste que no me lastime. — Respondí concentrada en limpiar el corte.. —Tendría que haber entrado antes.
Ella hizo una mueca. —De todas formas me alegro de que hayas escuchado, nunca me hubieras creído.
Otro silencio se formó entre nosotras, no sabía que responder.
—Ibas a acostarte con él. —Volvió a hablar, no pude diferenciar si era una pregunta o una afirmación.
Mi corazón se encogió.
—Lis... —Levanté su rostro con cuidado para que me mirara. Sus ojos estaban tristes— Te juro que no iba a hacer eso. —Ella abrió la boca para hablar pero continue—. Le dije que lo haría pero era sólo cosa del momento, te prometo que iba a poner una excusa.
—No tienes que darme explicaciones, Jennie. — Tomó mis manos y la sacó de su rostro rompiendo el contacto.
—No, quiero hacerlo —Dije en un tono desesperado—. La única razón por la que sucedió "algo" en mi casa fue porque no podía dejar de pensar en ti —Me miró sorprendida en cuanto dije eso—. Y ni siquiera sucedió algo en concreto, sólo nos besamos y lo alejé en cuanto vi que quería seguir —Continúe explicando—. ¿Y sabes que es lo peor? —Baje la mirada avergonzada por lo que iba a decir—. No me provocó nada comparado con como me besaste en la cocina. — Mis mejillas estaban encendidas.
De repente pensé bien lo que dije, ¿Qué tal si ella ni siquiera lo recordaba? Era probable, ¿O si sólo había sido un beso cualquiera para ella? Podría ser, nunca fue importante para ella.
Me sentí estúpida, y más aún cuando ella no respondió.